El juez federal Luis Rodríguez procesó y embargó en $25 millones a Luca Singerman, el joven de 21 años que el 19 de marzo viajó infectado con coronavirus de Uruguay a la Argentina en un barco con 400 pasajeros, sin avisar sobre su estado de salud.
De acuerdo con la investigación, Singerman se había hecho un test en Uruguay previo al embarque y sabía que el resultado había dado positivo. No obstante, demoró varios minutos en comunicárselo a las autoridades sanitarias de la Argentina.
En tanto, tampoco pudo probarse que haya avisado al personal del Buquebús acerca de esta situación. Por ese motivo, el magistrado resolvió embargarlo y procesarlo sin prisión preventiva como “autor penalmente responsable del delito de violación de medidas adoptadas por las autoridades competentes para impedir la propagación de una epidemia”.
En este contexto, se espera que la actitud negligente del joven dé lugar a múltiples demandas. Al respecto, el gobierno de la Ciudad anticipó que le reclamará el pago de U$S700 mil por los gastos del operativo de aislamiento de las 400 personas que viajaban a bordo del buque, que incluyó el alquiler de combis y el traslado a los hoteles, entre otras cosas.
Según trascendió, una de las hipótesis de los investigadores sostiene que Singerman subió al barco en Colonia “a sabiendas” de que tenía coronavirus, pero omitió informarlo a las autoridades de la nave.
Además, se lo acusa de haber completado la declaración jurada requerida por la Dirección Nacional de Fiscalización y Sanidad de Fronteras del Ministerio de Salud de la Nación en la que aseguró que “no presentaba alguno de los síntomas”, aunque ya se había hecho un test de COVID-19 antes de emprender su regreso a la Argentina.
En su defensa, el joven sostuvo que se enteró de que había dado positivo “ya llegando a Buenos Aires”, cuando recibió un mensaje de whatsApp de parte de la clínica uruguaya en la que se hizo el examen.
De acuerdo con lo consignado por la agencia Télam, de la prueba surge que la embarcación amarró en Buenos Aires a las 19.28 y que un minuto más tarde el joven recibió el mensaje en el que le confirmaron que el test había dado positivo. Sin embargo, no lo informó a las 19.40, hora en la que la autoridad sanitaria subió al buque, sino al menos 15 minutos después.
En ese sentido, Rodríguez argumentó en su fallo: “La urgencia de ingresar a la Argentina es lo que se entiende lo ha guiado en ese comportamiento, máxime cuando el cierre de las fronteras era a esa altura de los acontecimientos un hecho –incluso el viaje estaba catalogado como de repatriación-, pero resulta inaceptable que para cumplir su cometido ocultara su condición de infectado”.
Fuente: TN
Leave a comment