En la mañana del 10 de enero de 2025, personal de Investigaciones de la Zona Operacional IV tomó conocimiento de un hurto cometido en una obra en construcción ubicada en la calle 48, en el Balneario Buenos Aires.
El denunciante relató que desconocidos habían ingresado al predio y sustraído varios materiales de construcción, evaluando la pérdida en 90.000 pesos uruguayos.
Como parte de la investigación, el personal de Investigaciones procedió a recolectar y analizar registros fílmicos de la zona, logrando identificar que una camioneta marca EFFA, matriculada en Montevideo, fue el vehículo utilizado para transportar los efectos robados. Además, se estableció que el sospechoso, Fabio Leopoldo Saroba Sastre, de 39 años y con antecedentes penales, estaba vinculado al hecho.
Enterada la Fiscalía Letrada de 3er Turno, se solicitó a la justicia una orden de allanamiento en el domicilio de Fabio Saroba.
El 13 de enero, en horas de la mañana, personal de Investigaciones y de la Seccional 12ª, con la orden correspondiente, se dirigieron a un predio ubicado en la calle 24 del Balneario Buenos Aires. Durante la inspección de las viviendas en el lugar, se incautaron diversos elementos, entre ellos: un morral que contenía un arma de fuego con 25 cartuchos calibre 9mm, un envoltorio con 365 gramos de clorhidrato de cocina, prendas de vestir y herramientas varias que coincidían con las denunciadas. Además, se procedió a la detención de Fabio Saroba, quien fue derivado a dependencias policiales.
La Fiscalía actuante dispuso que el detenido fuera trasladado a su despacho.
El 14 de enero, en audiencia celebrada en el Juzgado Letrado de 4to Turno, se dispuso la condena de Fabio Leopoldo Saroba Sastre como cómplice de un delito de suministro de sustancias estupefacientes y como autor de los delitos de tráfico interno de arma de fuego y municiones, porte de arma con signos alterados y receptación, todos ellos en régimen de reiteración real. Saroba fue condenado a 13 meses de prisión.
Se ordenó el decomiso de la sustancia incautada, que fue remitida al Instituto Técnico Forense (ITF) para su análisis y posterior destrucción, así como también del arma y las municiones, que fueron enviadas al Servicio de Materiales y Armamentos (SMA) para su destrucción.
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