El velero de 50 metros, matriculado en Génova, Italia, había salido desde aquel país un año atrás, llegó al Caribe, cruzó el Canal de Panamá y por tomó por el pacífico al Sur, pasó por el estrecho de Magallanes otra vez al Atlántico, y ya en el Río de la Plata pasó por Punta del Este, donde el calado no alcanzaba, y siguió hasta Piriápolis.
El gran velero llegó con diez tripulantes, y tuvo dificultades para ingresar al puerto, por falta de espacio.
Tras muchas gestiones de las autoridades del puerto, lograron amarrarlo en el muelle exterior, aunque demasiado cerca de otro gran barco velero, lo que resultaba peligroso para las naves en caso de olas grandes. Ayer la tripulación se abocó a trabajar intensamente para reaprovisionar las bodegas, porque no resultaba recomendable permanecer en esa situación.
Finalmente, al terminar la tarde, tras completar recarga de combustible, partió para cruzar el ecuador en diez días, y dirigirse a África, atravesando el océano Atlántico directamente desde Uruguay.