Las estafas telefónicas siguen siendo un peligro latente. Los delincuentes llaman, se hacen pasar por familiares o conocidos y solicitan dinero, joyas o cualquier objeto de valor, incluso préstamos para supuestas urgencias. Una víctima casi segura fue Raquel, una mujer de más de 80 años, que logró salvarse gracias a su rápida reacción.
Raquel se comunicó con Radio RBC para contar su experiencia y alertar a la comunidad:
“Recibí una llamada a la una y veinte de la tarde. Me dijeron que uno de mis hijos había tenido un accidente grave en Pan de Azúcar con su camioneta, donde habría atropellado a una mujer embarazada llamada Noelia Fernández. Me aseguraron que mi hijo estaba bien, pero que yo debía comunicarme con su hermano mayor.
Luego, la persona que se identificó como abogado de mi hijo me preguntó si tenía joyas o dinero en casa y me indicó que debía ir a un banco a sacar todo el efectivo para pagar una supuesta multa de 250.000 pesos, advirtiendo que si no lo hacía mi hijo podría ir preso de tres a seis años.
Salí corriendo de casa, que está a unos metros, y al ver la camioneta de mi hijo en perfecto estado me di cuenta de que algo no estaba bien. Colgué el teléfono y fui a la casa de una amiga jubilada del Poder Judicial, quien me dijo: ‘Quédate tranquila, eso es un cuento’.
Intentamos comunicarnos con mi hijo y finalmente confirmamos que estaba bien y que todo era un intento de estafa. Ayer mismo presentamos la denuncia ante la policía. Gracias a Dios no pasó nada, pero si no hubiera visto la camioneta, podría haber caído en la trampa”, relató Raquel.
Este caso demuestra la importancia de mantenerse alerta, verificar siempre la información y no entregar dinero ni objetos de valor por teléfono, especialmente cuando se trata de personas mayores.
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