El PIT-CNT lanzó este martes la campaña para lograr reducir la jornada laboral a 40 horas semanales con pago de 48, y posteriormente un proceso de negociación por rama y sector de actividad para definir el alcance y la aplicación de esta medida.
Durante el lanzamiento, estuvo presente el presidente del PIT-CNT, Marcelo Abdala; el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Mario Arizti; el director general de INEFOP, Pablo Darch; el presidente de COFE, Joselo López; el director del Instituto Cuesta Duarte, Milton Castellano; y el equipo de Saberes en Acción/ICUDU, conformado por Alejandra Picco, Pablo Blanchard y Federico Araya, quienes presentaron un informe técnico sobre los beneficios que tendría esta medida.
Abdala aseguró que la propuesta tendría varios efectos positivos según experiencias que se han registrado en otros países, tales como mejoras en la salud laboral, propensión a hacer más deporte y dejar de fumar; además, permitiría reducir la brecha de género al posibilitar que se comparta en mayor medida el trabajo no remunerado.
“La propuesta de reducir la jornada laboral es una iniciativa que nosotros presentamos, pero que además tiene la solvencia técnica de un estudio, no solamente del Instituto Cuesta Duarte, sino de técnicos y académicos de la Universidad de la República que demuestran que es perfectamente posible y que es bueno para la gente porque, además, tiene un impacto positivo en la productividad”, sostuvo Abdala.
Adelantó que será una ley que impulsarán con legisladores de todos los sectores políticos y mantendrán reuniones con los distintos candidatos a presidente.
Por su parte, el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Mario Arizti, sostuvo que la redistribución de la jornada laboral es algo que siempre han proclamado.
“Reconozco que el tema de la reducción de la jornada es un tema de debate mundial, que siempre está arriba de la mesa. Es un tema a discutir, no hay que negarse a discutir los tiempos de trabajo en su conjunto”, expresó el ministro.
Y agregó que es necesario que exista una legislación, pero al mismo tiempo, se debe “dejar espacio a la negociación colectiva”, que según explicó, es lo que está ocurriendo actualmente, “en donde muchos sectores, a través de la negociación colectiva distribuyen su tiempo de trabajo y se ajustan a la realidad de ese sector o de esa empresa”.
El ministro se mostró de acuerdo en la distribución de las horas, es decir, que un trabajador trabaje más horas algún día de la semana y luego pueda tener, por ejemplo, el viernes libre y de esta forma lograr un descanso más largo.
“Hoy existen convenios colectivos que establecen ese tipo de distribución del tiempo de trabajo y que permite conciliar la vida familiar con la vida laboral y con la producción de la propia empresa”, señaló Arizti.
Y agregó que la cantidad de horas se puede fijar por semana, aunque dijo que es necesario que haya límites semanales de horas a trabajar.
“Hay que analizar todas las aristas de la propuesta porque uno de los puntos en contra que ha pasado en otros países es que se reduce la jornada y después se busca un segundo empleo. Por eso hay que estudiar bien el tema y debatirlo”, consideró el ministro.
Durante el encuentro, los investigadores del Proyecto Saberes en Acción, una iniciativa del Instituto Cuesta Duarte (ICUDU), cofinanciado por Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (INEFOP), presentaron un informe técnico sobre las investigaciones realizadas.
En el estudio, en el que se analizan distintas experiencias internacionales sobre la reducción de la jornada laboral, se revela que uno de los argumentos recurrentes utilizados por los gobiernos es el impacto positivo sobre el bienestar de las y los trabajadores.
Según el informe, desde un punto de vista teórico, la extensión de la jornada laboral puede afectar la salud de manera directa, debido a efectos nocivos que se derivan de la actividad (como ser cargas de trabajo físicamente agotadoras), o de manera indirecta, por ejemplo, afectando los ingresos y el tiempo disponible para estar en el hogar.
Asimismo, aseguran que las reformas que disminuyen la jornada laboral pueden tener impactos diferenciales por género y pueden contribuir a disminuir las brechas.
En cuanto a la productividad por hora, de acuerdo a la investigación, se ha detectado que al reducir la jornada aumenta la productividad, lo que contrarresta —en parte— el aumento de costos salariales que implica la reducción de la jornada para las empresas.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el total de asalariados en el año 2023 ascendió a 1.211.000, de los cuales 523.000 realizaban más de 40 horas semanales. Dentro de este grupo, 267.000 asalariados trabajaban menos de 48 horas, en tanto que 158.000 lo hacían 48 horas y 98.000 tenían un régimen de trabajo que excedía las 48 horas a la semana. Abdala explicó que todos ellos se beneficiarán con la reducción de la jornada laboral.
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