El mural fue retirado en un gran trabajo coordinado entre ingenieros, arquitectos y técnicos de arte, pesa unos 800 kg. Y está sobre un carro construido especialmente para poder transportarlo.
Pedro Gava fue un artista polifacético, y docente, con reconocida actuación en el país, y destacado integrante del taller de Torres García.
Su hijo Pedro, empresario inmobiliario, encaró un costoso procedimiento para llevar la pintura al sitio que merece.
“Vamos a engrandecer la historia de los artistas plásticos de Piriápolis y Pan de Azúcar” y tras pequeñas restauraciones, lo llevaremos al museo de arte que sea el más adecuado.
Pedro Gava continuó contando el procedimiento de extracción del mural, y sus planes para ubicarlo en un lugar acorde a la importancia del autor, y de la obra en particular…
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