El sábado, la Unión Nacional de Trabajadores del Metal y Ramas Afines (UNTMRA) lamentó que la empresa Cinter Aperam resolvió cerrar de forma definitiva y unilateral sus operaciones en Uruguay para concentrar todas su producción en Brasil.
Esta decisión deja sin salario a 150 trabajadores y sus familias, y la empresa dijo que “lamenta haber tenido que tomar esta decisión porque sabe del impacto social negativo de la misma”.
“El capital transnacional no tiene cara, bandera ni ideología, su única necesidad es la de alimentar la dinámica global de acumulación del capital, aumentando su taza de ganancia con el amparo de las políticas de impunidad neoliberal, y para ello, sistematiza la mudanza de destinos, la universalización de la hegemonía a través de la deslocalización, como táctica permanente buscando mayores libertades de explotación, y recalando en las economías locales de acuerdo con los estados nacionales flexibles y la desregulación, vulnerando los derechos laborales de la clase obrera una vez sí y otra también”, escribió UNTMRA en su comunicado.
¿Por qué cierra?
La compañía argumenta que, en los últimos años “la empresa mantuvo su actividad productiva en Uruguay, aún cuando múltiples factores agraviaron su pérdida en la competitividad, como el desarrollo tecnológico de los sistemas fabricación, el aumento de los costos de fletes, la falta de proximidad de clientes y materias primas y la evolución asimétrica de los costos laborales con Brasil”.
Aperam es un actor mundial de la industria del acero, con presencia en más de 40 países organizado en cuatro divisiones según el metal que produzcan. Tiene una capacidad de producción de aceros planos inoxidables y eléctricos de 2,5 millones de toneladas en Brasil y Europa.
En 2020 facturó €5.102 millones (cinco mil ciento dos millones de euros) tras vender más de 1,82 millones de toneladas de metales. Cinter tenía 65 años de operaciones en el Uruguay.
LaRed21
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