En el estado de Virginia, en Estados Unidos, las autoridades sanitarias han registrado un “brote meningocócico”. Desde junio de 2022, 30 personas resultaron enfermas, tres veces más de lo normal en ese periodo. Además, cinco personas han muerto, según un comunicado del Departamento de Sanidad.
Peligroso para personas inmunodeprimidas
Aproximadamente uno de cada diez adultos es portador de la bacteria meningocócica (Neisseria meningitidis). Los meningococos se dividen en al menos 12 de los llamados serogrupos, cinco de los cuales causan la mayoría de las enfermedades: A, B, C, W e Y. El serogrupo “B” es el que se diagnostica más frecuentemente, con un 66 por ciento.
Si una persona tiene un sistema inmunológico fuerte y su vacunación infantil ha sido eficaz, la infección pasa desapercibida. Sin embargo, si la enfermedad se manifiesta, puede provocar daños cerebrales, pérdida de audición o deterioro cognitivo.
Meningitis es una consecuencia de infección meningocócica
En dos tercios de los casos, la enfermedad evoluciona a meningitis. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los meningococos son la causa más frecuente de meningitis bacteriana. Especialmente en el África subsahariana, se producen epidemias repetidas con tasas de incidencia de hasta 1.000 casos por cada 100.000 habitantes.
La sepsis, es decir, el envenenamiento de la sangre, también puede ser consecuencia de una infección; en algunos casos es necesaria la amputación de extremidades. Estas graves consecuencias se dan en aproximadamente uno de cada cinco infectados. Y alrededor del diez por ciento de las infecciones meningocócicas son incluso mortales.
Propagación de meningococos a través de gotitas
Los meningococos se instalan en la garganta y la cavidad nasal. El periodo de incubación es de entre tres y cuatro días, pero en casos individuales puede ser de entre dos y diez días.
Los meningococos pueden transmitirse de una persona infectada a otra al toser, estornudar o darse la mano. Esto también puede ocurrir al besarse. Los portadores son contagiosos y pueden transmitir la bacteria aunque ellos mismos no estén enfermos.
Los primeros síntomas suelen ser inespecíficos. Muchas veces se parecen a los de la gripe o a los de un resfriado común. Luego aparecen fiebre alta y sensibilidad a la luz, así como rigidez en el cuello. También puede haber sangrado dentro de la piel, que suele empezar en las piernas.
La vacuna meningocócica protege
Los bebés y los niños pequeños corren especial riesgo de contraer meningococos porque su sistema inmunitario aún no es tan robusto como el de los adultos.
Las personas que viven juntas en espacios reducidos, como departamentos pequeños, alojamientos masivos o campos de refugiados, también corren un alto riesgo debido a la forma en que se propagan las bacterias.
La OMS recomienda seguir medidas higiénicas como lavarse las manos con regularidad y vacunarse.
dw