El director general de Gestión Ambiental de la Intendencia de Maldonado, Jorge Píriz, encabezó la reunión anual con los vendedores ambulantes que trabajarán durante la temporada estival, instancia en la que se realizó la entrega de carnés habilitantes, se escucharon inquietudes y se repasaron las principales pautas de funcionamiento.
En ese contexto, el jerarca explicó que este encuentro se lleva a cabo cada año “para coordinar el trabajo entre los vendedores y los inspectores, evitar inconvenientes y lograr una buena convivencia en la costa”.
En total, unas 290 personas están habilitadas para la venta ambulante, una cifra similar a la del año pasado. Entre los rubros autorizados se incluyen cafeteros, vendedores de juegos, ropa, alimentos y artículos de playa, muchos de ellos con más de 40 años de presencia en las playas del departamento.
El jerarca señaló que existen zonas emblemáticas donde no se permitirá la instalación fija de vendedores, como Los Dedos, la Parada 1 y algunos accesos a la playa, con el objetivo de mantener la fluidez de circulación y el orden del espacio público.
Además, informó que ya fueron adjudicados los kioscos de playa, los servicios de venta de refrescos y helados, así como los puestos de clases de surf y alquiler de sillas y sombrillas. En tanto, los paradores adjudicados por cinco años se encuentran completando los trámites de contrato y habilitaciones, mientras que otros tres o cuatro paradores quedaron desiertos tras la última licitación.
La limpieza de playas comenzará el 1º de diciembre, en el marco del operativo general que pondrá en marcha la Intendencia de Maldonado. Paralelamente, se están reparando los accesos y pasarelas, tareas que culminarán en unos 15 días.
En cuanto a los servicios de sombrillas y reposeras de los edificios, Píriz indicó que se mantiene la reglamentación vigente: tres sombrillas y seis sillas por edificio vacío. Los trámites se realizarán de forma online y se reforzará el control por parte de los inspectores, debido al incremento de complejos frente a una franja costera que se mantiene igual en extensión.
“Cada año hay más edificios, pero la playa es la misma. Tenemos que aprender a convivir y respetar los espacios comunes”, concluyó Píriz.









