La Convención Nacional del Partido Colorado sesionó el pasado sábado 8 en la casa partidaria de Montevideo. El convencional colorado Flavio Harguindeguy participó en el programa La Tarde de RBC, donde dialogó con Agustina Flores.
“Fue una jornada positiva, de buen trabajo, que además permitió culminar un proceso disciplinario iniciado en febrero y marzo contra varios correligionarios que habían firmado acuerdos electorales por fuera de lo establecido en la orgánica partidaria. Estos casos fueron sometidos a un proceso disciplinario, tal como indica la carta orgánica del Partido Colorado, que establece que los mismos deben concluir en la Convención Nacional, órgano encargado de aplicar las sanciones correspondientes.
El primer punto del orden del día trató justamente el cierre de los procesos disciplinarios de Álvez, Flores, Molinelli y Píriz, entre otros. La mayor parte del tiempo se destinó a este tema, y luego se presentó la planificación del Comité Ejecutivo Nacional para los próximos cuatro años de trabajo previo a las elecciones”, señaló Harguindeguy.
Explicó que toda colectividad política necesita normas que garanticen la cooperación y el trabajo conjunto hacia objetivos comunes, y que el Partido Colorado no es la excepción. “Nuestra carta orgánica establece que los acuerdos electorales solo pueden ser aprobados por la Convención Nacional. Sin embargo, en las elecciones departamentales y municipales de mayo, algunos correligionarios hicieron acuerdos con el Partido Nacional sin la autorización correspondiente. Incluso desoyeron la resolución del 15 de marzo, cuando la Convención llamó a la disciplina partidaria y pidió a todos los colorados trabajar detrás de las candidaturas propias”, afirmó.
Agregó que “hubo compañeros que decidieron actuar por fuera del partido, apoyando a candidatos del Partido Nacional, lo que atenta contra la orgánica partidaria y daña la estabilidad del sistema político. Un partido debe respaldar a sus propios candidatos y programas. Si se habilita el desbande, ese partido se descompone”.
Sobre las sanciones, Harguindeguy explicó que “el caso más notorio fue el de Fernando Álvez, quien siendo miembro del Comité Ejecutivo Departamental y candidato a la Intendencia de Maldonado por el Partido Colorado, terminó trabajando para el intendente Abella, hoy incluso ocupando un cargo en su administración. Esto no solo perjudica al Partido Colorado, sino también al sistema político en su conjunto”.
Indicó que la Convención resolvió aplicar apercibimientos a Álvez y Flores, así como a Molinelli en Paysandú y Píriz en Rocha. “El Partido Colorado tiene cinco tipos de sanciones: apercibimiento, desafiliación, censura, remoción de cargos y expulsión. Se optó por la más leve. Yo propuse sanciones más severas, pero la Convención decidió lo contrario”, afirmó.
Consultado sobre el futuro del partido, Harguindeguy sostuvo que “el Partido Colorado tiene mucho por hacer. No se repara con sanciones leves. Un partido no puede subsistir si sus integrantes cambian de filas por conveniencia. Hay que revisar esta realidad, porque en Maldonado, por ejemplo, hay personas y agrupaciones que se mueven según sus intereses personales, sin compromiso con el partido”.
Destacó que el Comité Ejecutivo Nacional presentó una planificación profesional para fortalecer la estructura partidaria a nivel territorial, comunicacional y organizativo. “Tenemos esperanza en que el Partido Colorado vuelva a crecer, incorporando nuevos militantes comprometidos con sus principios y no con acuerdos coyunturales”, dijo.
Respecto a la posibilidad de una coalición republicana, opinó: “La estabilidad del sistema político requiere partidos fuertes y con identidad. La historia del Partido Colorado muestra la existencia de varias corrientes que enriquecen el debate. Una coalición única diluiría esos perfiles, lo que puede reflejarse negativamente en los resultados electorales. La diversidad es necesaria para mantener la representación y evitar la pérdida de votantes”.
Añadió que “muchos de los acuerdos irregulares fueron premeditados, incluso con un año de anticipación, y tolerados por la dirigencia del partido. Por eso las sanciones fueron leves. El apercibimiento es apenas una señal de que se actuó mal, pero no guarda proporción con la gravedad de los hechos. Ser candidato del Partido Colorado y luego pasar a militar por el Partido Nacional es algo muy serio, y sin embargo, se votó la sanción más blanda”.
Sobre la influencia del Partido Nacional en estos movimientos, Harguindeguy afirmó: “Hay una injerencia clara. Existen dirigentes que ofrecen cargos y lugares en listas a colorados para atraerlos. Pero también está el problema de quienes se dejan tentar. Esto ocurre en varios departamentos: Maldonado, Rocha, Paysandú, Flores y San José. El resultado es un Partido Colorado desarticulado, conformado por agrupaciones que buscan acuerdos según conveniencias personales”.
Consultado sobre cómo recomponer la situación, sostuvo: “Primero hay que reconocer el problema y no tapar el sol con un dedo. Es necesario renovar cuadros e ideas. A nivel departamental la calidad democrática es baja: los intendentes tienen mayoría automática en las juntas, las observaciones del Tribunal de Cuentas no son vinculantes y el control es débil. Además, los ediles trabajan de forma honoraria y no pueden fiscalizar eficazmente. Todo esto genera discrecionalidad y un sistema político casi feudal”.
Agregó que “este feudalismo político existe en todo el país, incluso en Montevideo. Es un problema institucional que permite prácticas poco transparentes y facilita que los candidatos se muevan de un partido a otro. Para revertirlo hay que conversar, señalar los problemas y proponer alternativas”.
Sobre la renovación dentro del Partido Colorado, dijo que “sí la hay, hay gente joven, pero es necesario encauzarla. No queremos que los nuevos militantes aprendan de quienes violan la orgánica. Necesitamos formar dirigentes con principios cívicos, compromiso político y vocación de servicio. Si alguien quiere hacer política, debe hacerlo desde su partido, con transparencia y coherencia”.
Como mensaje final, Harguindeguy expresó: “Estos temas no son agradables, pero son necesarios. Cuando algo está mal, hay que señalarlo y corregirlo. La discusión sobre la coalición republicana trasciende al Partido Colorado; tiene que ver con la esencia del sistema político uruguayo, uno de los más estables del mundo. Esa estabilidad se debe a partidos fundados en principios claros, que evitan los personalismos y el caudillismo que tanto daño han hecho en otros países. Debemos sostener esa tradición y fortalecer la estructura partidaria”.
Sobre las declaraciones del dirigente Ojeda, quien durante la campaña manifestó que su referente político es Luis Lacalle Pou, Harguindeguy comentó: “Está bien, cada uno tiene derecho a admirar a quien quiera. Pero el Partido Colorado tiene referentes históricos y políticos propios. En lo personal, no comparto esa visión. Como colorado, no me gusta”.
foto: captura redes sociales









