La exploración Sub 200 transmitió en directo desde la cabecera del cañón de Piriápolis, específicamente en su ladera superior, inmersa en las Aguas Intermedias Antárticas. La estación se encuentra a profundidades que oscilan entre 561 y 301 metros.
La zona presenta fondos arenosos, varios escapes de fluidos y depresiones conocidas como pockmarks, donde podría desarrollarse fauna quimiosimbiótica, favorecida por la alta concentración de materia orgánica, los bajos niveles de oxígeno y la presencia de gases.
Si bien podría llegar algo de luz, no es suficiente ni para su observación directa ni para la fotosíntesis. Se espera encontrar un gradiente de hábitats heterogéneos, con distintas asociaciones de organismos a medida que se asciende por la pendiente de la ruta propuesta.