El Poder Ejecutivo estableció que quienes se vayan a vacunar contra el Covid-19 deberán firmar “un consentimiento informado”: en los países que se aplica se deja constancia de que las vacunas, como todo medicamento, “podrían causar efectos adversos”.
La decisión del Ejecutivo les fue notificada este martes a los integrantes de la comisión que asesora al Ministerio de Salud Pública (MSP) sobre cómo deberá ser la campaña, y tomó por sorpresa a los médicos y científicos que la integran, ya que hace “más de medio año” habían sugerido que no se firmara un consentimiento.
Según informa El País, que consultó a 4 integrantes de la comisión asesora, todos coincidieron: no están en contra del consentimiento informado -de hecho, dicen que es una garantía para el usuario y el Estado, más aún en vacunas que fueron aprobadas para su uso en una situación de emergencia-, pero entienden que la firma del formulario podría desestimular la adhesión a vacunarse. En especial entre la población más dubitativa.
Como es de público conocimiento, las vacunas de Pfizer/BioNTech se conservan a muy bajas temperaturas. Una vez descongeladas, comienza una cuenta regresiva hasta que la dosis pierde su utilidad. “¿Qué pasa si una persona ya tiene agenda para una vacuna y a la hora de firmar el consentimiento se arrepiente? Eso cambia la proyección”, afirma uno de los técnicos consultados.
Fuente: UyPress
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