El Polo Educativo Tecnológico Arrayanes ha puesto en marcha todos sus cursos y capacitaciones, registrando un importante incremento en el número de estudiantes. Sin embargo, este crecimiento ha generado algunos inconvenientes que se están tratando de superar, según explicó Julio Miranda, director del centro educativo de UTU, en una entrevista con el programa Radio con Todos de RBC.
Miranda destacó que el inicio del año lectivo ha sido muy positivo: “Bueno, la verdad que arrancó divino, con una fuerza tremenda. Impresionante, porque ya la semana pasada se integraron las tres tecnicaturas que tenemos. Comenzamos el 5 de marzo con el bachillerato, y ahora estamos a todo vapor”.
No obstante, también mencionó algunas dificultades. El sindicato AFUTU planteó un preconflicto debido a la necesidad de cubrir ciertos cargos que desaparecieron a fines del año pasado. Entre ellos, se encuentran los de adscriptos y personal de laboratorio, figuras históricamente importantes para el funcionamiento del centro.
Miranda explicó que, en ocasiones, los diseños institucionales para resolver cargos en instituciones educativas como UTU y secundaria son demasiado burocráticos y carecen de racionalidad, lo que no beneficia a la gestión. Por ejemplo, para los polos educativos y los institutos de alta especialización, se propuso crear una figura de referente en lugar del adscripto, con el objetivo de coordinar los cursos terciarios. Sin embargo, mientras se realizan los llamados para cubrir estos nuevos cargos, se ha perdido un adscripto, lo que ha generado complicaciones.
“Estamos un año sin un adscripto, y para centros educativos como Arrayanes, que ha crecido exponencialmente en matrícula, este tipo de problemas son significativos. Además, algunos traslados de personal también se demoran en cubrirse, a veces por seis meses o incluso un año, lo que nos afecta mucho”, señaló Miranda.
El director también destacó la importancia de contar con personal adecuado para atender a los estudiantes: “Hacemos un centro educativo que no tiene policía ni guardia. Dependemos de los educadores. No tener figuras como adscriptos o educadores que nos ayuden a contener a esa población, que está con nosotros toda la semana, es complicado. No podemos escatimar recursos en eso; al contrario, hay que fortalecer las trayectorias educativas de estos jóvenes, muchos de los cuales tienen 16 o 17 años y es la primera vez que se alejan de sus hogares. Están experimentando muchas cosas nuevas, y eso no es fácil para cualquiera”.
