Rodrigo Goñi, del Partido Nacional, invitó a “irse a las manos” al representante de Cabildo Abierto Sebastián Cal en la sesión especial de Ciencia, Innovación y Tecnología de la Cámara de Diputados.
El ambiente previo no hacía prever que la sesión de ayer de la comisión especial de Ciencia, Innovación y Tecnología de la Cámara de Diputados podía terminar con dos representantes de la coalición de gobierno enfrentados y a punto de irse “a las manos”, como lo definió uno de los testigos que contaron el episodio a El País.
Los protagonistas fueron los diputados Rodrigo Goñi, del Partido Nacional, y Sebastián Cal, de Cabildo Abierto, quienes incluso antes de esta instancia habían tenido un encuentro ameno, pues el nacionalista había dado su apoyo a un proyecto sobre ciberdelitos que presentó el cabildante el año pasado, y que en la sesión de ayer iba a tratarse una vez más. La iniciativa cuenta con el aval de todos los partidos políticos, y en este tiempo se han recogido aportes de distintas instituciones, como el Ministerio del Interior y la Fiscalía, así como de legisladores tanto del oficialismo como de la oposición frenteamplista.
Sin embargo, una vez reunida la comisión, el diputado Goñi dio cuenta de una carta enviada por el Consejo de Europa en materia de Ciberdelincuencia a la Cancillería a fines de marzo, en la que se solicitaba que una delegación de ese órgano fuera recibida por los legisladores para intercambiar sobre el tema. Y Goñi sugirió que como las recomendaciones que pudiera hacer este consejo eran relevantes, sobre todo a los efectos de que la normativa incorporara todos los elementos necesarios para que el texto se ajustara al convenio de Budapest -que Uruguay todavía no ha suscrito, pero es algo a lo que aspira desde hace años-, lo más sensato era esperar a recibir esta visita.
Entonces Cal le dijo al nacionalista que estaba “equivocado” en la sugerencia de pedir esta espera, entre otras cosas porque no hay ninguna obligación jurídica de aguardar por los europeos para que el texto siguiera su trámite parlamentario, pero que en todo caso el encuentro se podía coordinar en forma “remota”.
Y esto enfureció a Goñi, quien le dijo al cabildante que no tenía ningún derecho en decirle que estaba “equivocado”. Le recordó, además, su vasta experiencia como legislador, además de que no era bueno “apurar” un proyecto que todavía necesita de más aportes técnicos, en particular del Ministerio Público. Eso quedó allí hasta el final de la sesión, cuando Cal -preocupado por que el texto sea ley cuanto antes- se acercó a Goñi para continuar ese intercambio y acercar las posturas.
La respuesta de Goñi, rápida y certera, sorprendió a Cal y al resto de los legisladores que ya se estaban retirando de la sala: “¡Vamos para afuera!”, le gritó. El cabildante, en tanto, atinó a responder: “Pero Rodrigo, no seas estúpido”. En ese momento intervinieron los diputados Diego Echeverría y Martín Melazzi -el primero blanco y el otro del Partido Colorado- que intentaron bajar los ánimos. El primero pidió a los dos que “se dejaran de romper los huevos”, y el segundo les recordó que “no valía la pena” una pelea de estas características entre dos legisladores de la coalición de gobierno, según contaron varios testigos de lo ocurrido a El País.
Ante la consulta sobre lo ocurrido, Cal confirmó el relato, y añadió que le tiene “mucho respeto” al nacionalista, pero que entiende que ya ha tenido “este tipo de actitudes” con otros legisladores. “La verdad es que quedé sorprendido porque a los gritos no es una forma de trabajar, aunque para mí este ya es un tema laudado”, aseguró. Goñi, por su parte, también reconoció el episodio, aunque aseguró tener su propia “versión”, sobre todo en lo referido a la última parte, cuando invitó a su colega a continuar el intercambio en la calle.
“Fue solo para explicarle mejor mi punto de vista -declaró-, y que para eso era mejor no seguir adentro, donde podíamos molestar a los otros”.
Aprobar ya la ley “no es un capricho”
Aprobar cuanto antes este proyecto, que crea nueve ilícitos vinculados a la ciberdelincuencia, no es “un capricho, sino una necesidad real”, señaló el autor de la iniciativa, Sebastián Cal. “Hay semanas en las que se vacían las cuentas de 200 personas”, aseguró sobre uno de los tantos temas que busca atender la normativa, que incluye un plan de educación digital y financiera en varios niveles de enseñanza.
El País.
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