Las crisis económicas en Uruguay tienen su origen en problemas financieros, como en 2002, 1982 y 1965. El país cuenta hoy con reservas por el 30 % del producto bruto, normas claras, financiamiento accesible y, además, redujo la cantidad de depositantes argentinos del 40 % a menos del 5 %. Esto garantiza que los problemas de los países vecinos no generarán mayores impactos, dijo el presidente del Banco Central, Mario Bergara.
Argentina padece un déficit fiscal superior a los 8 puntos porcentuales del producto bruto interno, una inflación que va camino al 40 % y problemas de crecimiento económico. En Brasil, a los desequilibrios macroeconómicos se suma el debilitamiento de las instituciones, las incertidumbres políticas y un déficit fiscal de 7 puntos porcentuales de producto bruto interno, que impide la consolidación de una situación creíble de estabilidad para generar negocios e inversiones, explicó el jerarca.
Bergara señaló que el aprendizaje de la historia reciente uruguaya permitió la implementación de medidas para reducir el riesgo financiero y diversificar los intereses económicos por fuera de los países vecinos.
Por ejemplo, los dueños del 40 % de los depósitos en instituciones financieras uruguayas eran argentinos en 2002, actualmente la cifra es menor a 5 %. Además, uno de cada cuatro productos uruguayos se vendía al mercado argentino, pero las exportaciones se diversificaron a más de 150 países y Argentina representa el 5 % del total. En el caso del turismo, la dependencia con Argentina se redujo de 85 a 65 %, añadió.
La estrategia uruguaya también implicó la diversificación en el origen de recepción de las inversiones extranjeras y las fuentes de financiamiento. “Uruguay tiene los mercados financieros a disposición, con acceso muy amplio y muy buenas condiciones financieras”, dijo.
Asimismo, destacó la construcción de un sistema financiero estable y con menos riesgos que en el pasado. “Recordemos que el sistema financiero fue el núcleo del proceso de la crisis del 2002, de 1982, de 1965”, subrayó. Hoy el país cuenta con activos de reserva por 17.000 millones de dólares, lo que representa el 30 % del producto bruto uruguayo. Esas reservas están conformadas por encajes bancarios, recursos del Gobierno obtenidos en la colocación de títulos en el exterior y fondos del Banco Central, detalló Bergara.
