Los cambios necesarios en el sistema educativo no pueden resolverse en cinco años; debemos pensar en el mediano plazo. Tenemos un presidente de la República que es profesor y, por ende, conoce bien el tema educativo, afirmó Pablo Caggiani, designado presidente del CODICEN de la ANEP para el próximo período de gobierno, durante una charla con Agustina Flores en La Tarde de RBC.
Caggiani recordó que el recorte en educación comenzó antes de la pandemia, con un decreto del Poder Ejecutivo que establecía la no reposición de vacantes y la limitación del gasto autorizado por el Parlamento. Esto afectó el mantenimiento de la ANEP, que maneja una superficie educativa mayor que la ciudad de Paysandú, así como la ampliación de escuelas de tiempo completo y extendido debido a restricciones presupuestarias.
Durante el gobierno actual, la ejecución presupuestal en la ANEP cayó por debajo del 99%, lo que representó un ahorro en educación en áreas que, según Caggiani, no deberían haberse recortado. Esta falta de recursos comprometió la implementación de políticas educativas, como la extensión del tiempo pedagógico.
En relación con la transformación educativa, Caggiani señaló que este año se implementará un nuevo bachillerato y que será clave revisar los aspectos negativos del proceso. Mencionó observaciones de actores como la Universidad de la República y la Asamblea Técnico Docente, que no fueron consultados adecuadamente. Resaltó la importancia de abrir espacios de diálogo con familias y actores sociales para corregir errores.
También destacó aspectos positivos de la reforma, como la consolidación del marco curricular nacional diseñado para considerar la trayectoria educativa de niños y adolescentes desde los 3 hasta los 18 años. Sin embargo, criticó que se haya instalado una única visión pedagógica, limitando la diversidad de enfoques educativos en Uruguay.
En cuanto al inicio de clases, confirmó que será el miércoles 5 de marzo, en plena semana de Carnaval, lo que generó críticas del sector turístico. Caggiani expresó que es necesario compatibilizar los derechos de los niños con las actividades económicas y buscar alternativas que permitan extender el año lectivo. Destacó iniciativas como el verano educativo en Maldonado, que incluye extensión horaria gracias a acuerdos con las intendencias locales, un modelo replicado en Canelones y Rocha.
Finalmente, Caggiani subrayó la necesidad de mejorar la situación de la infancia en pobreza, la convivencia, la salud mental, y aumentar el acceso a la universidad como metas fundamentales de la política educativa.