Al menos en una oportunidad, el exjefe de seguridad de Presidencia reconoció que sus acciones eran “tráfico de influencias”, uno de los delitos por los que está siendo investigado.
A medida que se informa sobre el contenido de los chats del exjefe de seguridad presidencial Alejandro Astesiano, aparecen más conexiones con la Policía y otros jerarcas del Estado. En sus conversaciones queda claro que utilizaba su papel dentro de Presidencia de la República para lograr traslados de policías, mover investigaciones e incluso proteger a su hijo de investigaciones en la Justicia.
Este jueves el semanario Búsqueda publicó varias conversaciones en las que queda en evidencia que la práctica de pedir y cobrar favores de Astesiano era constante, y de que él era consciente de que cometía el delito de “tráfico de influencias”, algo que está siendo investigado actualmente por la fiscal del caso, Gabriela Fossati.
Astesiano tuvo una larga conversación con dos personas en relación con el robo de unas motos y una investigación de la Policía sobre una banda que cometió hurtos y rapiñas. Según informó Búsqueda y confirmó la diaria con los chats que están en la carpeta investigativa del caso, Astesiano habló con un contacto agendado como “Subjefe Interpol” y en el chat comentan cómo se desarrolla la investigación.
Astesiano reenvía esa información a otro contacto, incluyendo un informe de Inteligencia, y agrega: “Esto a nadie por favor”, “borralo después”, “Esto es tráfico influencia, me matan”.
Traslados y favores
El excustodio del presidente parece haber jugado un rol importante en varios traslados de policías. En un caso particular, se logró el traslado de Montevideo a Rivera, como cobro de un favor personal para proteger a uno de sus hijos.
En julio de este año, Astesiano se comunicó con un oficial llamado Sebastián para averiguar cómo iba la investigación por una moto que le habían robado a su hijo, por la que se había enterado que él también tendría que declarar porque la moto era robada. Sin embargo, este oficial dijo que podía preparar al hijo de Astesiano para hacer la declaración y que podría atrasar la citación para que juntara documentación, a cambio de que Astesiano utilizara sus contactos para lograr el traslado a Rivera, y así fue.
El policía le recomienda comentarle a su hijo que consiga la información de la compra de la moto, incluyendo los intercambios de mensajes con los vendedores: “Te lo comento a modo de adelanto para que vaya consiguiendo eso! Y no lo agarre desprevenido… igual en la semana lo tengo que citar, pero ta… la voy a estirar lo más que pueda para darle tiempo a que consiga eso!”.
Astesiano le responde que su pedido de traslado estaba en curso y que tenía el “ok” del presidente, Luis Lacalle Pou. Astesiano se comunicó por esta situación con el exsubdirector de la Policía, Héctor Ferreira: “Una pregunta, sabes que pedimos un favor por un policia que es de Rivera, está acá en comisión en Montevideo, ¿sabés si movieron algo? hablé con Berriel, te paso, ¿me averiguas?”. La referencia es a Jorge Berriel, el subdirector ejecutivo de la Policía, uno de los indagados por Fossati.
Ferreira responde dos días después: “La hacemos corta. Se lo paso a Jorge para que le de pase a Rivera y listo. Te parece???”. El pase se concretó semanas después, cuando el caso del hijo de Astesiano quedó cerrado.
Como este caso, hay varios: un policía consiguió que lo trasladaran a la zona 4, algo que según Astesiano se logró gracias a que él hizo una llamada. De igual forma, se concretó otro traslado de un funcionario policial de Lavalleja a Cerro Largo: “Tiene toda la familia allá y es nuestro”, dice el excustodio en un chat con Ferreira. También logró mover los hilos para la designación de un funcionario con un cargo en el Chuy: “No lo conozco, me pidió un amigo y lo metí”, le dice a un contacto llamado César Migración.
Entre otros favores que aparecen en las conversaciones de Astesiano, están puestos de trabajo en reparticiones del Estado, consultas para averiguar en qué están investigaciones policiales particulares, horas para hacer trámites, ayuda para que autoridades se hagan cargo de personas en situación de calle. Incluso aparece un pedido para sacar un auto que había quedado en el Puerto de Montevideo porque la reja estaba cerrada: Astesiano lo resolvió llamando al prefecto nacional.
Entre las jerarquías
En algunos chats también aparecen nombres conocidos, como el del subsecretario de Transporte, Juan José Olaizola, al que le pide que realice alguna gestión para un funcionario de la Dirección Nacional de Arquitectura de su cartera. “Hola, Fibra. Ya hablé con Santiago Borsari, el director de Arquitectura y él encamina el tema. Abrazo”, le responde Olaizola, y continúan la conversación por medio de audios.
También aparece el subdirector de Ganadería, Juan Ignacio Buffa. Astesiano le pide que una jerarca de la cartera reciba a unos allegados para hablar de un proyecto en Fray Bentos.
En particular, Astesiano hablaba con el diputado nacionalista Gabriel Gianoli. El 20 de abril el diputado le pidió a Astesiano que averigüe si se había hecho un peritaje sobre un conocido suyo. Para resolverlo, Astesiano se comunicó con Ferreira: “Llegó a privada por pedido de un diputado”, le advirtió. Más tarde, recibió la información del caso y se la pasó al diputado.
la diaria
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