Se encontraba procesado por violaciones a los derechos humanos durante la última dictadura militar.
Este viernes 22 de octubre murió el militar retirado Gilberto Vázquez, procesado en reiteradas ocasiones por violaciones a los derechos humanos durante la última dictadura militar.
Según confirmaron a Telemundo fuentes militares el coronel retirado se encontraba internado en el Hospital Militar.
A mediados de abril había sido internado tras dar positivo a un test de coronavirus.
Vázquez contaba con prisión domiciliaria desde 2016 por razones de salud y en 2018 se radicó en Rivera por razones económicas y familiares. A finales de diciembre del año pasado la Justicia le revocó la prisión domiciliaria y determinó su reingreso de forma inmediata a un centro carcelario a partir de un informe médico.
A principios de julio de 2021 Vázquez había sido procesado con prisión por la causa que trata el secuestro de Anatole y Victoria Julien en Buenos Aires en el año 1976, junto a los militares retirados Jorge Silveira y José Ricardo Arab.
En 2009 Vázquez fue condenado a 25 años de cárcel por 28 homicidios especialmente agravados. Dos años después también fue procesado por la desaparición y muerte de María Claudia García de Gelman y por la apropiación y robo de identidad de su hija Macarena.
En agosto de 2020 se publicaron las actas de un Tribunal de Honor de las Fuerzas Armadas de 2006, que incluyeron las declaraciones de Vázquez, en la que confesó haber torturado y participado de hechos que terminaron en la desaparición de detenidos durante la dictadura uruguaya, que se desarrolló entre 1973 y 1985.
“Acá el Ejército me está mandando preso por las cosas que hice. Yo tuve que ver con el caso Soba, estuve prácticamente dos años trabajando en Argentina, tengo que ver con el segundo vuelo, con el primer vuelo, con casi todas las cosas que pasaron allá, menos la Gelman, esas porquería no las hubiera permitido de ninguna manera. No hubiera permitido de ninguna manera esa porquería”, expresó Vázquez en ese momento.
“Nosotros ejecutamos, no asesinamos, que son cosas muy diferentes. Nosotros no torturamos, nosotros apremiamos porque no había más remedio. El mínimo imprescindible para sacar la verdad, porque no había otra forma de combatir y estoy orgulloso de lo que hice”, había afirmado el militar retirado.
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