“Quiero condenar firmemente la invasión rusa a Ucrania y alzar la voz contra los populismos autoritarios”, dijo el presidente Lacalle Pou, en su discurso en la Asamblea General de las Naciones Unidas, en Nueva York. Además, repasó la recuperación económica alcanzada por Uruguay tras la pandemia y apeló al concepto de “libertad responsable internacional” de los países para mejorar el acceso de las personas a oportunidades.
En su intervención, realizada en la noche de este martes 19, en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos, Lacalle Pou inició su discurso refiriéndose a la coincidencia de que más de 190 representantes mundiales convinieron en ampararse y guiarse en los mismos derechos, obligaciones y principios, a través de la Organización de las Naciones Unidas.
Hay un derecho internacional con escaso poder coercitivo, que no aplica de forma igualitaria criterios para las potencias y los pequeños países, consideró.
El mandatario manifestó una visión positiva y optimista respecto a la humanidad y, en ese sentido, aseguró que, en forma objetiva, “vivimos en un mundo mejor, con desafíos y asechanzas”. Expresó su convicción de que la globalización, la tecnología de la información, la inteligencia artificial y la comunicación en tiempo real son herramientas que contribuyen a la integración y el desarrollo de los pueblos, si son bien utilizados.
Para Lacalle Pou, existe una creciente responsabilidad de los líderes mundiales. En un mundo en que “los discursos son acciones”, un líder mundial puede generar consecuencias ya solo con sus palabras, dijo.
Consideró que Uruguay llegó a esta Asamblea con una democracia plena y estable, con pleno respeto a las instituciones y a la ley. “Es una tradición histórica en el país”, indicó.
A pesar de la pandemia, de la invasión rusa y de distintos factores climáticos, Uruguay ha recuperado su economía, recordó. Y añadió que, bajo esas circunstancias, el país mejoró el empleo, lo que desencadenó un descenso en el desempleo; realizó una inversión histórica en infraestructura y recibió importantes inversiones extranjeras directas, que fueron reinvertidas en el territorio nacional, hecho que destacó como una muestra de confianza.
“Tenemos las finanzas públicas ordenadas, la menor inflación en los últimos 18 años, se rebajaron los impuestos, y se ejecutaron dos reformas, que hace larga data se llamaban ‘urgentes’, como la trasformación educativa y la reforma de la seguridad social”, prosiguió.
Asimismo, recordó el final de su discurso en la 76.ª Asamblea General, en la que indicó que, al culminar la emergencia sanitaria, se terminó de solidificar la idea de “todos somos uno”. En ese sentido, reconoció y apreció la libertad responsable practicada por los uruguayos durante esa crisis.
Lacalle Pou apeló a la “libertad responsable internacional” y señaló: “Nuestro bienestar como países independientes está indisolublemente vinculado al bien común, y hay que actuar en consecuencia”.
En el orden ambiental, el mandatario hizo alusión a la marca país Uruguay Natural y afirmó que existen conceptos que avalan esa denominación. Además, detalló que, las energías renovables superan el 90%, aumenta la reforestación y se realizan procesos productivos sostenibles. Luego de años de asumir compromisos, la comunidad internacional comprendió que la economía y el ambiente están íntimamente asociados, enfatizó.
También, puntualizó que Uruguay implementa el “bono sostenible”, basado en premios y castigos, según se cumplan los parámetros establecidos en el Acuerdo de París. Consideró que ese mecanismo debe aplicarse de igual forma al sistema de préstamos internacionales, el acceso a mercados, las cuotas y aranceles. “No solo se debe sancionar el incumplimiento, sino también premiar a quien tiene procesos amigables y sostenibles con el ambiente. De esta manera, los estímulos a mejorar harán que las naciones hagan un mayor esfuerzo, que redituará en economías domésticas y a nivel global”, argumentó.
Asimismo, Lacalle Pou recordó que Uruguay logró un desarrollo humano y económico importante, pero gracias a los estándares de mercado establecidos queda por fuera del acceso a determinadas cooperaciones, sistemas de preferencias, o instrumentos de relacionamiento comercial internacional.
Para el mandatario, esa situación es “el pecado de hacer las cosas bien”. Por esa razón, señaló que los mecanismos deben ser rediseñados, ya que no estimulan el crecimiento de los países.
También abogó por una “libertad responsable internacional”, como forma de mejorar el acceso a las oportunidades. “Queremos que se actúe con justicia”, dijo.
Sobre el final de su ponencia, condenó firmemente la invasión de Rusia a Ucrania y se solidarizó con el pueblo ucraniano. Además, coincidió con el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, sobre la necesidad de “alzar la voz contra los populismos autoritarios que empobrecen sus pueblos y vulneran los derechos humanos, condenando así las generaciones actuales y futuras”.
En ese sentido, consideró necesario realizar una autocrítica “ante la ausencia de una reacción contundente y eficaz de la comunidad internacional, que ha profundizado o no evitado estas situaciones”.