“El virus estaba en el lugar correcto, en el momento correcto y todo se alineó para causar este desastre”, dijo Danielle Anderson.
“La pandemia es algo que nadie podría haber imaginado a esta escala. Los investigadores deben estudiar el camino calamitoso de la Covid-19 para determinar qué salió mal y cómo detener la propagación de patógenos futuros con potencial pandémico”. Esa es una de las afirmaciones formuladas por la viróloga australiana Danielle Anderson, quien estaba trabajando en lo que hoy se ha convertido en el laboratorio más famoso del mundo apenas unas semanas antes de que aparecieran los primeros casos en China. “El virus estaba en el lugar correcto en el momento correcto y todo se alineó para causar este desastre”, añadió
La aparición del coronavirus ha alimentado la especulación de que podría haberse filtrado del laboratorio, posiblemente a través de un miembro del personal infectado o un objeto contaminado. La falta de transparencia de China desde los primeros días del brote engordó esas sospechas, que han sido sostenidas por Estados Unidos. Eso convirtió la búsqueda para descubrir los orígenes del virus, fundamental para prevenir futuras pandemias, en un campo minado geopolítico.
Básicamente, los estadounidenses han cuestionado la seguridad del laboratorio y alegaron que sus científicos estaban involucrados en una polémica investigación de ganancia de función que manipulaba virus de una manera que podría haberlos hecho más peligrosos. No obstante, los dichos de Anderson, durante una reciente entrevista con “Bloomberg News”, la primera a la que accedió tras lo sucedido, parecen ir en otra línea.
“Era un laboratorio regular que funcionaba de la misma manera que cualquier otro laboratorio de alta contención. Lo que la gente dice no es cómo es”, declaró. Anderson -la última y única científica extranjera del laboratorio de Wuhan- estaba en el terreno en Wuhan cuando los expertos creen que el virus, ahora conocido como SARS-CoV-2, estaba comenzando a propagarse, en noviembre de 2019, antes de que continuara sus investigaciones en su país natal. Ella era parte de un grupo que se reunía cada mañana en la Academia China de Ciencias para tomar un autobús que los llevaba al instituto, a unos kilómetros de distancia.
Como única extranjera, Anderson se destacó y dijo que los otros investigadores allí la cuidaron. “Íbamos a cenar juntos, a almorzar, nos veíamos fuera del laboratorio”, añadió. Luego de que la entrevista con ella se publicara en Bloomberg News”, otros medios como “La República”, “Brisbane Time” o “The West Australian” levantaron y reprodujeron sus afirmaciones. En principio, ella no alienta las ideas de que el virus surgió dentro del laboratorio y no de modo natural. Anderson dijo que nadie que conocía en el instituto de Wuhan estaba enfermo hacia fines de 2019. Además, existe un procedimiento para informar los síntomas que se corresponden con los patógenos manejados en los laboratorios de contención de alto riesgo. “Si la gente estuviera enferma, supongo que yo habría estado enferma, y no lo estaba. Me hicieron la prueba del coronavirus en Singapur antes de vacunarme y nunca lo había tenido”, concluyó.
Fuente: La Gaceta
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