En la mañana del pasado sábado 30 de diciembre se constató que el ejemplar de felino margay o yaguatirica (Leopardus wiedii) no estaba en su recinto -el cual forma parte del acervo de fauna autóctona de ese lugar.
Se encuentra en uno de los lugares de generoso enriquecimiento ambiental de la Estación de Cría de Fauna Autóctona (ECFA) desde hace nueve meses; es alimentado diariamente por la funcionaria Adriana Acosta, quien cumple esta tarea con todos los animales de la Reserva y es la persona que detectó su ausencia.
Una vez tomado conocimiento por parte de la Dirección de la ECFA, se dispuso un intenso operativo de búsqueda del ejemplar que está dentro de la lista de especies prioritarias para la conservación. De esta forma, se radicó la denuncia al considerar la eventualidad de un atentado debido a que existen antecedentes en tal sentido.
Asimismo, se mantuvo en alerta al personal y así fue que el domingo 31 de diciembre. tras un arduo trabajo y casi a media hora de culminar el año, los funcionarios de la guardia de vigilancia avistaron en la maleza al mamífero que estaba merodeando su recinto. Inmediatamente se llevó a cabo el operativo de captura a través de estrategias de acercamiento, procedimiento muy difícil en vista que el margay es muy ágil, huidizo y de hábitos nocturnos.
Pese a esto, finalmente se logró el reintegro del animal a su recinto. La ECFA reconoce en especial el gran compromiso de Acosta quien le solicitó a la Dirección para poder ingresar al área boscosa de la Reserva en la noche del 31 e intentar persuadir al animal, ya que la reconoce por su voz, con el propósito de que se acercara y así lograr alimentarlo e hidratarlo. Acompañada por el vigilante de turno, se consiguió que el ejemplar ingresara a su recinto, quedando en óptimas condiciones y pudiendo ser alimentado.
El margay es un mamífero pequeño y carnívoro, también conocido como maracayá o yaguatirica; especie de la familia Felidae que mide hasta 80 centímetros de longitud, de color rojo bayo o rojizo con grandes manchas ovaladas oscuras y larga cola, y que proviene de zonas del norte del país. La destrucción de su hábitat y los conflictos con los humanos han puesto en riesgo a este félido que está catalogado como amenazado y en riesgo de extinción.
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