El diputado del Partido Nacional, Dr. Federico Casaretto, participó del programa Radio con Todos en RBC. Durante la entrevista, abordó diversos temas, comenzando por las elecciones departamentales:
“Confío en la gestión de Miguel Abella, que representa un estilo distinto al que estamos acostumbrados. Hay una buena expectativa. Nosotros, a través de nuestro referente, Rodrigo Blás —quien fue nuestro candidato a la Intendencia— estamos dispuestos a aportar. La interna partidaria definió que uno de los dos candidatos era el preferido, y aceptamos esa decisión. Apoyamos al que conduce, y desde el Parlamento nacional seguiremos colaborando con todo lo que podamos. Hay desafíos importantes para Maldonado que creemos necesario consolidar, y estamos dispuestos a dar esa batalla.”
Casaretto destacó que tanto él como Blás mantendrán una activa labor parlamentaria:
“Lo dijimos durante la campaña. Nuestro sector, Unión y Cambio, tiene dos legisladores. Rodrigo Blás es senador y viene incrementando su participación en la Cámara Alta, y yo cumplo mi rol en Diputados. Eso se intensificará en los próximos tiempos. Tenemos el desafío de desempeñar esa tarea en un nuevo escenario, donde el gobierno departamental no es del mismo partido que el nacional. En ese contexto, los legisladores cumplimos un rol fundamental: saber entenderse, saber a qué puertas golpear y evitar trabas entre dos niveles de gobierno con distinto color político”.
Recordó logros obtenidos durante su anterior período como legislador en tiempos del primer gobierno del Dr. Tabaré Vázquez:
“Conseguimos el CTI público, el Juzgado Letrado para San Carlos, la Comisaría de la Mujer, y sacamos la ley de usurpación, todo desde la oposición. Por eso tengo mucha confianza para encarar los nuevos desafíos que Maldonado necesita en su proceso de crecimiento”.
Adelantó además que el primer tema que abordará en esta legislatura durante la media hora previa será la necesidad de un segundo hospital para el departamento:
“Es un proyecto que ya teníamos, incluso Laura Raffo lo incluyó en su programa cuando fue precandidata, y Álvaro Delgado también manifestó su compromiso con el tema. La salud pública sigue siendo una preocupación central. Lo demuestra cualquier llamada en la radio o en la televisión: hay un déficit notorio. Aunque no ganamos, eso no borra los problemas existentes. He tenido contacto con los diputados Eduardo Antonini y Marita Araújo, quienes comparten la misma preocupación y voluntad de retomar el espíritu de la ‘bancada Maldonado’. Es importante sentarse a una mesa y poner sobre ella los temas que no tienen color político.”
Sobre el vínculo entre la Intendencia y Piriápolis, Casaretto remarcó:
“Hay que mejorar la comunicación. En el caso de Piriápolis tuvimos un buen ejemplo con Chiche Graña como alcalde, aunque lamentablemente vivió una situación injusta por no pertenecer al sector del intendente. Durante la campaña electoral vimos discursos que no podíamos creer, donde el propio intendente atacaba al alcalde, justo cuando se estaba por perder Piriápolis. Ahora, con un nuevo intendente, ya le dije a Chiche que estoy a la orden para ayudar, tender puentes, abrir teléfonos y facilitar los diálogos que no se entablan. Con el nuevo intendente —‘el Pelado’— tengo una excelente relación. No es lo mismo que con el ingeniero Antía, a quien reconozco como un gran intendente, pero con un trato más difícil. El Pelado es más accesible, y Chiche también es una persona humilde y abierta”.
Finalmente, se refirió al proyecto de asistencia a la Caja de Profesionales Universitarios:
“Es una crónica de una muerte anunciada que se avizora desde hace años. Me preocupa la urgencia con la que se pretende resolver, porque eso impide abordar soluciones de fondo. Lo esencial es que los jubilados sigan cobrando, que los aportantes no sientan que tiraron su dinero a la basura, y que los profesionales activos encuentren atractivo seguir aportando. Si no, se retiran del sistema, y este colapsa”.
Criticó el sistema actual de aportes por “fictos”:
“No es justo que un profesional pague lo mismo gane 100 o 1.000. En cualquier otro sistema se aporta según los ingresos. Esto tiene que cambiar. Los tiempos cambiaron: hoy muchos profesionales combinan el libre ejercicio con tareas en clínicas, estudios o instituciones. Todo eso requiere una reforma profunda, que no puede quedar relegada por la urgencia del momento. Esta solución necesita la participación de mucha gente. Lo digo con total franqueza”.
