A 193 años de la Jura de la primera Constitución de la República Oriental del Uruguay

A 193 años de la Jura de la primera Constitución de la República Oriental del Uruguay

A 193 años de la Jura de la primera Constitución de la República Oriental del Uruguay, la Dirección General de Educación Inicial y Primaria (DGEIP), celebra este hito histórico, que sentó las bases de nuestro Estado soberano e independiente.

El 18 de julio de 1830 se juró la primera Constitución nacional. A partir de ese momento, la Provincia Oriental se organizó como Estado soberano e independiente con el nombre de República Oriental del Uruguay. A 193 años de este acontecimiento, la Dirección General de Educación Inicial y Primaria (DGEIP) celebra este hito histórico que sentó las bases de nuestro Estado.

Luego del proceso independentista nacional, y en el marco de la Convención Preliminar de Paz del 4 de octubre de 1828, nacía el Estado Oriental del Uruguay con una población de 70.000 habitantes aproximadamente y compuesta por nueve departamentos: Montevideo, Canelones, San José (abarcaba los actuales San José, Flores y Florida), Colonia, Soriano, Durazno, Maldonado (los actuales Maldonado, Rocha y parte de Lavalleja), Cerro Largo (Cerro Largo y Treinta y Tres y parte de Lavalleja actuales) y al norte del Río Negro un enorme departamento: Paysandú.

La nueva nación independiente necesitaba instaurar una organización constitucional en el Estado. A tales efectos, y para darle el marco jurídico correspondiente, se instaló la Asamblea General Constituyente y Legislativa elegida libremente por los vecinos de los pueblos del nuevo estado soberano.

Esta Asamblea sesionó por primera vez en la Villa de San José de Mayo el 24 de noviembre, designándose de inmediato una Comisión de Constitución y Legislación encargada de redactar el proyecto de Constitución a cargo de José Ellauri, Jaime Zudañez, Juan F. Giró, Cristóbal Echevarriarza, José A. Zubillaga, Luis B. Cavia y el presbítero Solano García, todas figuras de cultura humanística y con formación letrada.

El 7 de marzo de 1829 la Comisión presentó el proyecto a la Asamblea. El 6 de mayo comenzó el análisis y el debate del texto constitucional, que culminó con su sanción el 10 de setiembre de 1829.

La Constitución de 1830 establecía la forma de gobierno republicana representativa, el Poder Legislativo era bicameral con una Cámara de Senadores y otra de Representantes. La reunión de ambas Cámaras formaba la Asamblea General y actuaba en casos expresamente establecidos por la Constitución.

La Asamblea General elegía al presidente de la República, por lo que se trataba de una elección indirecta hasta la Constitución de 1918. La Cámara de Senadores estaba integrada por un senador por departamento de la República, elegido directamente por la ciudadanía. La Cámara de Representantes también era elegida directamente por la ciudadanía, con un representante cada 4.000 habitantes o fracción no inferior a 2.000.

La Comisión Permanente estaba integrada por dos senadores y cinco representantes en caso de receso de las Cámaras. El Poder Legislativo tenía las facultades de velar por la observancia plena de la Constitución y de las Leyes de la República.

Celebraciones

La Constitución de 1830, jurada solemnemente el 18 de julio por el gobierno encabezado por el gobernador y capitán general del Estado, brigadier general Juan Antonio Lavalleja, sus ministros de Estado, jefes del ejército, diplomáticos de las potencias garantes, constituyentes y autoridades eclesiásticas desde el balcón del Cabildo de Montevideo, y acompañado por el pueblo reunido en la Plaza Matriz, estableció un Estado moderno para su época en la concepción liberal del Estado Juez y Gendarme del siglo XIX.

Arturo Scarone rescató del olvido algunos pasajes de diarios de la época que recrean la alegría que se vivía en aquellos días.

“Aún dura el júbilo y el entusiasmo producido por la Jura de la Constitución. En los días corridos desde el 18 todas las clases de la sociedad han tomado parte en la justa alegría que debe inspirar la idea de un futuro legal, y de la felicidad que se prepara a tantas generaciones”.

“A la par que los días pasaban, acrecía el deseo de tomar parte en las diversiones. Un número crecido de jóvenes decentes vestidos en trajes ya ridículos o imitando a las potencias más remotas de la antigüedad, se presentaron en el teatro, en las calles y en las inmensas reuniones […] El orden y la más admirable armonía dirigió todas estas reuniones”.

ANEP

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