Un convenio entre el IMPO y la Fundación Braille del Uruguay asegura la creación de textos accesibles para niños con ceguera y baja visión. Se trabaja para que la Constitución Uruguaya se imprima en sistema Braille, al tiempo que se preparan acciones para llegar a todo el interior del país.
Para las personas con ceguera y baja visión, la tecnología actual ofrece alternativas para su inclusión, como los libros o textos digitales con audio descripción. Sin embargo, en el caso de los niños, su desarrollo cognitivo demanda mantener el acceso al sistema de lectura Braille, creado a mediados del Siglo XIX.
Al igual que otros impresos, el sistema se ve desafiado por el avance tecnológico, que permite sustituir publicaciones en papel, lo que condiciona la producción de material específico con el sistema de lectura y escritura para personas ciegas.
Con el foco puesto en generar dichos materiales y mantener vivo el sistema, la Fundación Braille del Uruguay (FBU) y la Imprenta Oficial (IMPO) alcanzaron un convenio para la confección de textos con el sistema Braille, considerados clave para un adecuado aprendizaje en los niños.
Carla Trivelli, directora de la FBU, explicó que el sistema Braille es el código de lectoescritura que un niño con ceguera necesita para aprender a leer y escribir; mientras que los niños con baja visión utilizan el Macrotipo, un tipo de letra más grande y con contraste para poder leer mejor.
La experta indicó que las herramientas digitales representan un avance para la accesibilidad de las personas con problemas de visión, pero, en el caso de los niños, es necesario la conexión con grafemas o fonemas para un proceso adecuado en el aprendizaje de nociones básicas como los niños sin problemas de visión, que trabajan con un papel y un lápiz. “No es igual dicho proceso a través de una computadora. No pueden aprender ortografía si no es con Braille o con Macrotipo”, agregó Trivelli.
El objetivo de “rescatar el Braille” también tiene una necesidad basada en la cantidad de material que se produce. Según la FBU, se estima que en el mundo del 1% al 7% de los textos se elaboran en formatos accesibles. Pero en el caso de Uruguay se está más cerca del piso que del techo, considerando todos los formatos -Braille, Macrotipo, digital y audio-.
Además, este dato hay que considerarlo dentro del contexto de la población con discapacidad visual. Según el Censo 2011, en Uruguay hay unas 5 mil personas ciegas y 57 mil con baja visión, lo que está dentro de la media mundial.
Desde el IMPO se ponderó este convenio por la necesidad de “mantener vivo” el sistema Braille, indicó Fernando Abellá, Director General del organismo. Abellá dijo que hace tiempo se trabaja en la inclusión a través del audio, pero en el convenio con la FBU pesó el desafío de crear material clave para la formación de los niños.
Abellá agregó que hay otras acciones pensadas con el objetivo de preservar el sistema, con productos que contemplen el cometido del IMPO de la difusión de normativa, como la confección de una Constitución para niños, así como el apoyo al interior: “Nos comentaban en la FBU que son muchos los pedidos que reciben del interior. Para nosotros trabajar en estos productos y poder donar en los lugares vinculados a la red de Braille nos parece importantísimo”.
Por su parte Trivelli indicó que los convenios con instituciones que puedan apoyar estos proyectos son “fundamentales” y agregó que es “la forma de que tenemos para que el material llegue a quien lo necesite en todo el país”.
A nivel de Educación Primaria, funcionan las Escuelas 198 y 279 para discapacitados visuales, donde se atiende de forma especializada a los alumnos ciegos. En el interior se crearon aulas especiales en Dolores, Paysandú, Tacuarembó y Rivera.
En el mundo se celebra cada 4 de enero el Día Mundial del Braille, en honor al nacimiento en 1809 del francés Louis Braille, creador del sistema.
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