Esa alianza se propone “ampliar el intercambio de datos de inteligencia que permitan un mejor diagnóstico y prevención de los crímenes transnacionales”.
Ministros y funcionarios de nueve países sudamericanos anunciaron este jueves una “alianza estratégica” de cooperación en la lucha contra el crimen organizado transnacional, en un encuentro convocado por el gobierno brasileño en la capital. Por Uruguay participó el ministro del Interior, Luis Alberto Heber, y el director nacional de Policía, Diego Fernández, informaron a El País desde la cartera.
Autoridades de Bolivia, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam y Uruguay, además de Brasil, destacaron la “prioridad” en el combate a las actividades delictivas en múltiples territorios, y la necesidad
de “implementar acciones concertadas”, según la declaración enviada a la AFP por el ministerio de Justicia y Seguridad brasileño.
Argentina y Chile tuvieron representación, pero no rubricaron el documento, que sí validaron el secretario general de Interpol, Jurgen Stock, y el secretario ejecutivo de Ameripol, Marcio Nunes de Oliveira.
El anfitrión promovió el acercamiento en “una alianza contra el crimen, de carácter estratégico (…) que expanda el sistema tradicional de vigilancia policial”, describió el ministro de Justicia y Seguridad Pública de Brasil, Anderson Torres, en la apertura del evento que cerrará este viernes.
Esa alianza se propone “ampliar el intercambio de datos de inteligencia que permitan un mejor diagnóstico y prevención de los crímenes transnacionales”, explicó.
Las autoridades sudamericanas que firmaron la declaración consideran, entre otras iniciativas, la propuesta de Brasil, de reunir a agentes de seguridad de los distintos países para trabajar juntos en el Centro de Cooperación Policial Internacional con sede en Rio de Janeiro.
El objetivo es favorecer “el intercambio de datos de inteligencia, acciones integradas y planeamiento de investigaciones criminales conjuntas”, indicó Torres.
Según el ministro brasileño, la colaboración permitirá desarrollar operaciones con resultados contundentes. Citó como ejemplo la Operación Nueva Alianza entre Brasil y Paraguay, que secuestró del tráfico ilegal 5.400 toneladas de marihuana, equivalente a 162 millones de dólares, sobre 7.000 toneladas capturadas en el mundo en 2021, de acuerdo con datos de su ministerio.
La iniciativa se suma a otras similares que han sido impulsadas en la región en las últimas décadas y que han creado un entramado burocrático que hasta ahora se ha mostrado poco efectivo frente a un crimen trasnacional que se fortalece y mueve miles de millones de dólares cada año.
Esas organizaciones ilegales han diversificado sus actividades y abarcan el tráfico de drogas, personas, minerales, madera, fauna y flora silvestre, entre muchos flancos, que también implican una suerte de “cooperación violenta” entre las mafias.
Es el caso del fiscal paraguayo Marcelo Pecci, asesinado en mayo pasado en el Caribe colombiano y quien habría sido “condenado” por el Primer Comando de la Capital (PCC), banda nacida en las prisiones de Brasil y que hoy tiene tentáculos en casi toda la región.
En ese marco, que incluye a miles de víctimas anónimas, pueden ubicarse también los asesinatos, hace sólo 15 días, del indigenista brasileño Bruno Pereira y del periodista británico Dom Phillips en un recóndito rincón amazónico en las fronteras entre Brasil, Perú y Colombia, atribuido a mafias de pescadores ilegales.
El País
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