El número de casos de COVID-19 en América Latina y el Caribe ya supera los 12 millones y está cerca de las 450.000 muertes. Estados Unidos, Brasil, Colombia, Perú, Argentina y México continúan en el listado de las 10 naciones con más contagios a nivel mundial. La Organización Panamericana de la Salud indica que la situación actual “no es una buena señal” y que “desear que el virus desaparezca no funcionará”.
El COVID-19 sigue azotando sin piedad al continente americano y en las últimas seis semanas, las muertes en la región se han duplicado y el número de nuevas infecciones reportadas han superado ese registro, afirmó este martes la directora de la Organización Panamericana de la Salud durante la rueda de prensa semanal donde se evalúa la evolución de la enfermedad.
Carissa Etienne cifró el número de casos en más de 12,5 millones, con varias naciones del continente como Estados Unidos, Brasil, Colombia, Perú, Argentina y México manteniéndose en el listado de las 10 naciones con más contagios a nivel mundial. Las muertes en la región ya alcanzan las 450.000.
“La tendencia de los datos en esa dirección suele indicar la urgente necesidad de aplicar medidas de salud pública para frenar la propagación de la COVID-19, como el distanciamiento social, los confinamientos y las restricciones a los encuentros públicos. Sin embargo, durante ese mismo período ha ocurrido lo contrario. Los países han relajado gradualmente las restricciones, han reanudado la actividad comercial y algunos se están preparando para volver a la escuela”, destacó.
Etienne indicó que la situación actual “no es una buena señal” y que “desear que el virus desaparezca no funcionará”. Al contrario, explicó que solo conducirá a un incremento de casos como se ha percibido durante el último mes y medio
“De hecho, las autoridades sanitarias locales tienen un papel central en la generación y análisis de datos para ajustar las medidas de salud pública a la realidad, y a la realidad de cada zona”, especificó.
Los jóvenes como transmisores del virus
Al mismo tiempo y en relación con estas altas cifras, Etienne también mostró su preocupación por la desproporcionada cantidad de personas jóvenes con COVID-19.
“Nuestros datos muestran un patrón similar en toda América: La gran mayoría de los casos reportados son entre personas de 20 a 59 años. Sin embargo, casi el 70% de las muertes se producen en personas mayores de 60 años. Esto indica que los jóvenes son los principales impulsores de la propagación de la enfermedad en nuestra región”, dijo.
Gran aumento de casos en el Caribe
Pese a que durante los primeros meses de la pandemia las naciones del Caribe evitaron grandes brotes gracias a una fuerte voluntad política y a medidas de salud pública, Etienne advirtió que, con el reinicio de los viajes no esenciales, hace dos semanas hubo un aumento del 60% de casos en Trinidad y Tobago, y un incremento del 25% en La Islas Vírgenes.
Una situación motivada no solo por el turismo, sino también por los ciudadanos que regresan a casa después de los confinamientos.
“Sabemos que los países que dependen del turismo no pueden permanecer cerrados indefinidamente, pero a medida que reabren, deben utilizar todos los recursos disponibles para reducir el riesgo para su gente”, señaló.
Entre las notas positivas destacó que, en las Bahamas, pese al aumento de casos, trabajan actualmente para detener la cadena de transmisión utilizando el rastreo de contactos para localizar todos los nuevos casos y limitar la propagación del virus.
¿Primera o segunda ola en el continente americano?
Preguntado sobre si seguimos todavía en la primera ola o en los inicios de una segunda, el doctor Marcos Espinal, director del departamento de enfermedades transmisibles, destacó la importancia de no descartar la posibilidad de que se produzca una segunda oleada en la región y habló sobre la variabilidad del contagio entre naciones.
“Observamos países que todavía tienen una alta incidencia de casos nuevos como Argentina, hemos visto picos en Cota Rica, pero hay países como Chile, Uruguay que han aplanado la curva y hoy tienen muchos menos reportes de casos”, explicó.
Sin embargo, aclaró que pese a la tendencia a la baja y que se produzca una disminución de la curva de incidencias esto no significa que la emergencia va a pasar. “No tenemos un año calendario con este virus, hay muchas preguntas para las que no tenemos las respuestas y nunca podremos descartar una segunda ola”, concluyó.
¿Nos podemos contagiar dos veces de coronavirus?
Tras la aparición de un caso de reinfección por coronavirus en Hong Kong, el doctor Sylvain Aldighieri, gerente de incidencias, diferenció entre la recaída de la infección en un paciente con el mismo virus y una reinfección con un virus genéticamente diferente.
Aldighieri indicó que en este caso se encontraron dos cepas diferentes del virus y explicó en dos puntos el posible impacto sobre los planes de introducción de vacunas.
“Primero, eso destaca la importancia de tener una vigilancia genómica del virus. Se vuelve aún más importante. Segundo, los virus, tienden a cambiar en el tiempo y una vacuna puede perfectamente inmunizar a una parte del virus que no cambia. Entonces vuelvo al punto original, la vigilancia genómica de los virus circulantes es un punto clave para informar y acompañar la introducción de la vacuna en este momento”, dijo.
El lunes la epidemióloga líder de la OMS, la doctora María Van Kerkhove, dijo que la reinfección era claramente posible, ya que con otros coronavirus en humanos como el SARS y el MERS, se ha visto que la respuesta inmune disminuye después de un período de tiempo.
Van Kerkhove aseguró que la Organización está revisando un número de estudios que siguen a las mismas personas contagiadas por mucho tiempo, y hasta ahora se ha visto que la respuesta inmune ante el SARS-Cov2 (el virus que causa el COVID-19) es fuerte y se mantiene al mismo nivel, pero falta más investigación.
¿Qué secuelas provoca el coronavirus?
Interrogado sobre qué porcentaje de afectados por la COVID-19 puede sufrir secuelas, cuáles son y durante cuánto tiempo, Sylvain Aldighieri explicó que la OPS ha puesto en marcha una base de datos para el seguimiento clínico de los pacientes.
Destacó que las secuelas más habituales “son las relacionadas a la estadía en cuidados intensivos de los pacientes en estado crítico con insuficiencia respiratoria aguda, fallo renal, trombosis y choque séptico. Sin embargo, también existen complicaciones cardiacas, neurológicas y otras que requieren un mayor seguimiento a medio plazo e investigación”.
Asimismo, destacó la importancia de garantizar el acceso a los servicios de rehabilitación en los pacientes de larga duración en las unidades de cuidados intensivos y otros aspectos de seguimiento clínico como los cardiológicos y de salud mental.
Fuente: ONU