El senador cabildante dijo que “una vez el padre me preguntó: ‘Che, ¿fulanito de tal es raro?’. Yo le dije: ‘Es raro, pero es mi amigo y es muy inteligente’”.
Durante su visita a “Polémica en el Bar”, le preguntaron sobre una de sus frases más recordadas: dijo “nos van a imponer una ley por la que la homosexualidad sea obligatoria”, mientras daba un discurso en el que hablaba de lo injusto de la agenda de derechos.
Al respecto, el cabildante explicó: “En realidad, lo mío fue una broma de la que no soy el autor, si no que se le adjudica a Winston Churchill haber hecho esa broma. Está referida a lo que yo entendía que era la agenda de derechos del Frente Amplio, que comprendía derechos muy vinculados al tema sexual, pero que no comprendía derechos vinculados a otros problemas muy graves en Uruguay.
Por ejemplo: el tratamiento a los chicos con síndrome de Down, el tratamiento a los chicos con TEA, el tratamiento a los celíacos y a muchas otras cosas. O sea que mi referencia era que era una agenda pobre que comprendía temas de ordenes sexuales”.
Fue entonces cuando quiso “que quede claro que nunca le falté el respeto a una persona por ser homosexual, nunca le falté el respeto a una persona por eso, porque tengo un sobrino segundo casado con un hombre”.
“He tenido amigos homosexuales”
Llegó luego la anécdota que le valió a Domenech una oleada de críticas en las redes sociales. Relató el senador: “He tenido amigos homosexuales, quizás uno de los primeros que falleció con Sida. Fue compañero mío de facultad y me acuerdo que una vez el padre me preguntó: ‘Che, ¿fulanito de tal es raro?’. Yo le dije: ‘Es raro, pero es mi amigo y es muy inteligente’” indicó.
Para cerrar el tema, sostuvo que esto pasó “hace 30 años atrás. El propio padre no se animó a hacerme la pregunta francamente. Yo le admití que la duda de él era cierta, pero que para mí no era ningún inconveniente. Yo estudié con él ciencia política, una de las últimas materias con las que me recibí. Tengo el mejor recuerdo de él. A tal extremo que, yo soy casado en segundas nupcias, y él quería mucho a mi primera esposa y le regaló un azucarero. Ese azucarero cuando yo me divorcié ella me lo entregó roto, yo lo hice arreglar y lo tengo en mi biblioteca donde tengo las cosas que más aprecio”.
Fuente: La República
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