En una entrevista con Radio Francia Internacional (RFI), el expresidente, José Mujica, habló sobre el Movimiento de Liberación Nacional – Tupamaros (MLN-T), al que perteneció en su juventud. Mujica explicó que, aunque el MLN-T fue considerado como una guerrilla en ciertos momentos, en realidad no lo era. Destacó que una de las acciones más destacadas del movimiento fue una denuncia financiera contra el sistema financiero, en la que no se utilizó violencia, sino un asalto a una financiera clandestina de un banco.
Mujica admitió que cometieron errores durante su tiempo en el MLN-T, como mantener una organización clandestina demasiado grande, lo que dificultó su funcionamiento. Reconoció que deberían haber cambiado de estrategia en lugar de seguir con el “accionismo” militar y que perdieron su perspectiva política.
Además, el expresidente mencionó que, independientemente de la existencia del MLN-T, se habría producido un golpe de Estado en Uruguay debido a la polarización política en la sociedad, con una corriente popular y una derecha en crecimiento. También hizo referencia al Plan Cóndor, una coordinación entre las dictaduras de varios países de América Latina, incluido Uruguay, que llevó a cabo acciones represivas y violaciones a los derechos humanos. Mujica describió el Plan Cóndor como una creación intelectual externa que fue implantada y utilizada por los Estados para llevar a cabo torturas, infiltraciones y asesinatos.
Mujica recordó sus años en prisión
“Nos cambiaban de cuartel cada seis, siete meses. Yo estuve siete años sin libros, sin poder leer. Los primeros meses de esa prisión los pasé atado con alambre. La noche que me ponían un colchón para dormir, me sentía contento. A veces pasé dos meses sin bañarme. Me bañaba con un vaso de agua y un trapito como la gente del desierto. Y en absoluta soledad, con alguna visita de mis familiares una vez por mes, de mi madre particularmente. Y a veces 10, 15 días sin una hora de patio, ni sol, ni nada por el estilo. Fue duro, pero a su vez, para mantenerme vivo tuve que entrar a rumiar lo mucho que había leído de joven y creo que no sería quien soy si no hubiera buceado tan adentro, en esas fuerzas ocultas que llevamos adentro y que no utilizamos. Curiosamente, visto en perspectiva, fueron los años donde aprendí más, en la soledad, porque entré a repensar lo mucho que había leído en mi temprana juventud y que seguramente no había asimilado. Y aprendí esto: no dejarse dominar por el odio y el fanatismo, y entender que hay cuentas que no se cobran y que hay que vivir para adelante”.
En cuanto a los avances en justicia y derechos humanos, Mujica considera que aún hay una deuda pendiente. Critica la falta de colaboración por parte de los oficiales militares de la época para encontrar los restos de las personas desaparecidas y menciona la importancia de cerrar el duelo y permitir que los familiares se reúnan con los restos de sus seres queridos. Destaca la necesidad de recordar y educar a las nuevas generaciones sobre las consecuencias de los abusos pasados para evitar que se repitan.
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