La edila Melissa Sturla, representante de PAR Maldonado y el Espacio 1946, expuso en la última sesión de la Junta Departamental de Maldonado sobre los proyectos de corresponsabilidad en la crianza y tenencia compartida, en discusión por el Parlamento del Uruguay. Sobre los mismos se han manifestado de forma contraria varias organizaciones de la sociedad civil, teniendo el Frente Amplio también un posicionamiento en la misma línea.
La edila Sturla planteó que: “El Frente Amplio sostiene que estos proyectos de ley atentan contra la integridad física y mental de niños, niñas y adolescentes porque tienen una fuerte visión adulto-céntrica que no contempla el contexto, el entorno de los niños y su opinión, en casos en los cuales sus padres y madres están en disputa y no logran los acuerdos de la tenencia”.
“Sería una gran preocupación que estas leyes continuaran y fueran aprobadas, porque tendrían una connotación muy negativa hacia los niños, hacia su integridad física y mental. Estos cambios en la ley irían contra derechos que ya están legislados para los niños, niñas y adolescentes, como son el principio de autonomía progresiva, el derecho a ser oído y a la participación, que conforman el eje estructural de la Convención de los Derechos del Niño, que además establece que los niveles de comprensión de los niños no van ligados de manera uniforme a su edad biológica.” Los proyectos de ley en debate, dejan en segundo plano la voz de niñas, niños y adolescentes cuando no se da un acuerdo de parte de los adultos.
Los proyectos de ley en debate son contrarios “no ponen a niñas, niños y adolescentes en el centro, sino que se obra en función del conflicto adulto ‒cuando los progenitores no logran acuerdos de tenencia‒, tomando el juez como primera medida la tenencia alternada entre sus padres, sin considerar la voluntad del niño o la niña ‒porque supone que esta puede haber sido influenciada por un adulto‒, ni tampoco considera los intereses ni las capacidades de los progenitores”. No se considera “la distancia que pueda existir entre los dos hogares entre los cuales se tendrá que repartir el niño o niña, ni la desvinculación de los centros de referencia que esto pueda suponer, por ejemplo el barrio, la escuela o grupos de amigos”. Planteó Melissa Sturla.
“Frente a situaciones de denuncia por violencia se violan amparos que pueden exponer a los niños a agresiones y a abusos hasta que haya sentencia. Se afectan derechos sustantivos de vivir una vida libre de violencia, a ser respetados y tenidos en cuenta en todo lo que tenga que ver con su autonomía progresiva, proyecto de vida y desarrollo y se pierde de vista que los niños tienen derecho por el solo hecho de ser y no deben reducirse a una concepción de objeto de tenencia, ya que constituyen un fin en sí mismos como sujetos de derecho. Se pierde el interés superior del niño, que tiene que ver con el contexto y las circunstancias de cada niño o niña”. Concluyó la edila del Espacio 1946.