A partir de la semana pasada, el Centro Nacional de Ayudas Técnicas y Tecnológicas (Cenatt) ya no cuenta con técnicos cubanos. Los dos últimos que quedaban desempeñando tareas en el lugar, producto de convenios entre los gobiernos del Frente Amplio y la isla, fueron cesados el jueves, tras vencerse su contrato. Ya se empleó a cuatro técnicos uruguayos, está en curso un llamado para incorporar a uno más y, además, se hará otro llamado para dos médicos que se encargarán de gestionar el centro en el que se elaboran zapatos especiales, sillas de ruedas y prótesis de piernas para personas de bajos recursos.
El Ministerio de Desarrollo Social (Mides) alegó que Cuba incumplió con el contrato firmado con la primera administración de Tabaré Vázquez, en 2008, cuyas reglas de juego fueron actualizadas en 2018, cuando el ex presidente frenteamplista gobernaba por segunda vez. La cartera dirigida por el nacionalista Martín Lema presentó el 15 de julio un escrito a la Embajada de Cuba en Uruguay en el que advertía que daría un plazo de 30 días para “subsanar los incumplimientos”. La representación diplomática acusó recibo, pero según advirtieron en su momento desde el Mides, “no realizó ninguna acción” al respecto. A fines de agosto El País informó que la cartera, ante estas circunstancias, decidió no renovar una vez más el contrato.
Desde inicios de 2021 la dotación de cubanos en el Cenatt era menor a la acordada: el contrato decía que debían ser cuatro técnicos y un médico, y solo había dos técnicos y ningún médico. Además, la isla se había comprometido desde un principio a realizar en Uruguay cursos de formación, para que la técnica utilizada por los cubanos fuera enseñada en el país, pero esto no se venía llevando a cabo.
Los dos cubanos que dejaron de trabajar en el Cenatt permanecen aún en Uruguay. Estaba planeado que volvieran a Cuba el martes, pero como tenían “algunos problemas con las visas” se postergó el viaje para el viernes 29 de este mes. Tomarán un vuelo a España y desde allí otro hacia La Habana.
El convenio de Cuba con Uruguay establecía que el Mides debía realizar un desembolso en forma anual de US$ 174.000, y que de estos US$ 124.080 iban para el gobierno cubano -los que se pagaban en cuotas trimestrales-, mientras que con el resto, US$ 49.920, se pagaba un estipendio o viático que era para los especialistas isleños. Los técnicos recibían -y los últimos que se quedaron lo hicieron hasta este mes de octubre- unos $ 35.000 mensuales, mientras que el médico ganaba unos $ 45.000 más -en la isla estos profesionales reciben unos US$ 100. Además, el Estado uruguayo debía pagarles un alquiler, los gastos comunes y “todas las comodidades” necesarias, como ser -según enumera el contrato- muebles, electrodomésticos, utensilios de cocina, ropa de cama, agua, electricidad, gas, teléfono, climatización y transporte. También la mutualista.
La administración del exministro Pablo Bartol fue la que empezó a plantear la renegociación del contrato, y además decidió trasladar a los cubanos a un apartamento propiedad del Mides, en lugar de pagar un alquiler.
Los técnicos isleños continúan en ese apartamento y además se les seguirá pagando la mutualista hasta el día 29, cuando el avión de Iberia en el que emprenderán el regreso despegue del aeropuerto de Carrasco. Los cubanos que vinieron no tienen la opción de quedarse en el país, pues llegaron en el marco de una misión diplomática. Si lo hicieran, serían considerados desertores.
Empresa pagará cursos de capacitación
De aquí en más el Cenatt tendrá solo personal local -o extranjero que viva en el país y que también quiera presentarse a concurso, de hecho algunos cubanos lo han hecho en el último llamado realizado por el Mides.
El personal será capacitado de forma online por la Universidad de El Salvador, uno de los pocos países de la región que tiene cursos de ortoprótesis -los otros son Cuba, Argentina y Brasil. El ministerio no pagará por esto, sino que lo hará la empresa alemana Ottobock, que es la que provee de prótesis al Cenatt. Todo esto es parte de un acuerdo para que se sigan realizando estas compras por parte del Estado, aunque desde el Mides sostienen que, de todas formas, no hay otro proveedor posible para comprar lo que se necesita en Uruguay.
Ottobock, además, estaría dispuesto a pagar viajes a Alemania para profundizar aún más la capacitación. Por otro lado, desde el Mides develan que están en conversaciones con el Claeh para la creación de una licenciatura en ortoprótesis, la cual empezaría a funcionar en Maldonado en 2023.
El País