“He decidido seguir y seguir con más fuerza si cabe”, dijo a las puertas del Palacio de la Moncloa en una comparecencia institucional el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, quien agradeció las muestras de solidaridad recibidas. Previamente, había comunicado su decisión al rey Felipe VI en el Palacio de la Zarzuela.
“Mi mujer y yo sabemos que esta campaña de descrédito no cesará, llevamos diez años sufriéndola, es grave, pero no es lo más importante”, dijo Sánchez. “Podemos con ella”, añadió. Pero dijo que el problema era la instauración de las acusaciones personales y la crispación frente al debate puramente político y pidió abrir “una reflexión colectiva” al respecto. Y llamó a no consentir “que los bulos deliberados dirijan el debate político”. Sánchez ha hecho hincapié en que su decisión “no supone un punto y seguido”. “Es un punto y aparte, se lo garantizo”, ha recalcado antes de mostrar su compromiso de trabajar “sin descanso, con firmeza”, por la regeneración pendiente y el avance y la consolidación de derechos y libertades.
“Sólo hay una manera de revertir esta situación”, dijo, en referencia a la degeneración del debate político, “que la mayoría social como ha hecho estos cinco días se movilice en una apuesta decidida por la dignidad y el sentido común”. De este modo, se podría poner “freno a la política de la vergüenza que llevamos demasiado tiempo sufriendo, porque esto no va del destino de un dirigente particular, eso es lo de menos, se trata de decidir qué tipo de sociedad queremos ser”.
El jefe del Ejecutivo se dio el miércoles pasado un periodo de reflexión ante la campaña de “acoso y derribo” que considera que están protagonizando contra él la oposición de conservadores (Partido Popular) y de la extrema derecha (Vox) y medios y organizaciones de la derecha y la ultraderecha y que, según asegura, utilizan también para ello los ataques a su esposa, Begoña Gómez.
Un juzgado de Madrid ha abierto diligencias contra ella por la supuesta comisión de delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios, tras una denuncia del autodenominado sindicato Manos Limpias que se fundamenta en una serie de noticias de prensa, denuncia que la fiscalía ha pedido archivar.
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