RBC 1210 AM

Paro Internacional de Mujeres

COMUNICADO A LA OPINIÓN PÚBLICA

ACUERDOS DE LA ASAMBLEA GENERAL AUTÓNOMA DE MUJERES, LESBIANAS Y TRANS.-

En el marco del Día Internacional de las Mujer Trabajadora, ante la situación de extrema violencia contra las mujeres, lesbianas y trans – remuneradas y no remuneradas – que vivimos en Uruguay, luego de la masiva convocatoria y la gran participación activa durante toda la jornada y movilización del 8 de marzo de 2017 superando las 300.000 personas en la capital y grandes manifestaciones en el interior-, nosotras volvemos a parar durante 24 horas.

Los problemas por los que paramos siguen siendo los mismos y se profundiza la responsabilidad que tienen los Estados y gobiernos sobre la violencia que su sistema ejerce sobre nuestros cuerpos a nivel mundial.

Nos organizamos a través de asambleas para para luchar contra este sistema, transformar y crear nuestras vidas, y escribir nuestra historia.

Este 8 de marzo de 2018 paramos activamente, tomamos las calles y convocamos a :

Paro de actividades de trabajo remunerado y no remunerado durante toda la jornada.

Movilizarse activamente y participar de las protestas públicas en todas las concentraciones y marchas que se realicen en el territorio.

Realizar un cacerolazo a las 18hs en apoyo a todas las movilizaciones.

Paro de consumo especialmente hacia los comercios en donde las patronales y sindicatos no permitieron ni ofrecieron garantías para el libre ejercicio del derecho a la huelga de nuestras compañeras.

Visibilizar tu postura en apoyo usando una o varias cintas de colores a elección.

Tomamos las calles para visibilizar y denunciar que nos imponen el miedo a ser maltratadas, violentadas, acosadas, abusadas, secuestradas, violadas y asesinadas en las camas, calles, trabajos, viviendas, centros educativos, organizaciones sociales, sindicales, y políticas. ¡Basta a todas las violencias machistas!

Denunciamos los asesinatos de mujeres por el hecho de ser mujeres y trans, y que los travesticidios siguen irresueltos. Denunciamos que nos violan correctivamente por ser lesbianas. ¡Basta de misoginia! ¡Basta de lesbofobia! ¡Basta de transfobia! ¡Basta de feminicidios! ¡Basta de travesticidios!

Denunciamos las redes de trata, la industria sexual y pornográfica. Nos secuestran, nos convierten en mulas y hacen porno con nuestros restos. ¡Basta de trata! ¡Basta de explotación sexual!

Nos encierran, discriminan, y estigmatizan.

Denunciamos la medicalización y los electrochoques. Nos discapacitan con sus mediciones de patologías, violando y experimentando con nuestros cuerpos en cárceles y manicomios. ¡Basta de violencia institucional! ¡Cierre de manicomios!

Nos cosifican y abandonan en hogares de adultas mayores que nos exponen a abusos, violencias y torturas cosificando nuestras identidades y privandonos de nuestra libertad.¡Basta de encierro! ¡No somos cosas! ¡Vida Digna Siempre!

Imponen vacunas a las niñas, nos criminalizan por abortar y exponen a prácticas clandestinas por intereses religiosos y económicos de médicos objetores que se anteponen a nuestro derecho a la salud. ¡Educación sexual para decidir! ¡Anticoncepción para no abortar! ¡Aborto legal, gratuito y sin condiciones para no morir! ¡Derecho a la salud!

Nos relegan a los trabajos de cuidados y al trabajo doméstico sin percibir ningún reconocimiento acorde a las responsabilidades que implica el cuidado de las niñez, la adultez mayor y las situaciones de diversidad funcional. ¡Valorización del trabajo doméstico! ¡Reconocimiento y socialización del trabajo de cuidados!

No reparan los daños de la trata y la explotación sexual. ¡Reparación por violaciones! ¡Basta de feminización de la pobreza!

Nos imponen el mayor desempleo, la mayor cantidad de horas trabajadas por día y las peores condiciones de explotación, precarización y tercerización. ¡Basta de tercerización y precarización! ¡Las desocupadas somos trabajadoras! ¡Basta de explotación!

Nos imponen la falta de vivienda, alimentación saludable, educación y cultura. Nos imponen la pobreza, para luego estigmatizar y criminalizar nuestras protestas.¡Basta de criminalización de la pobreza!

Extranjerizan y contaminan entregando nuestra tierra a capitales extranjeros. El agua no se vende. ¡Basta de imperialismo!

Nos infantilizan, abusan, asexualizan. Nos discriminan todos los días con sus ciudades inaccesibles. Aún nos ven como castigos divinos. Nos exponen mediáticamente para hacer beneficencia. Nos silencian no reconociendo nuestras lenguas. Nos discapacitan con sus burocracias y patologías para acceder a derechos que merecemos. ¡Ciudades accesibles! ¡Ley de empleo para todas las diversidades funcionales!

Nos secuestran, cosifican, violan, torturan y tratan como esclavas por nuestras etnias. Nos silencian y discriminan. ¡Somos Afrodescendientes! ¡Basta de racismo!

Nos invaden, exponen, secuestran, violan y tratan como esclavas por nuestras etnias. No reconocen nuestros derechos. Nos matan en genocidios. ¡Ni la tierra ni las mujeres somos territorio de conquista! ¡Basta de persecución de indígenas y originarias!

Nos imponen su cultura humana carnívora y capitalista del consumo arrasando y domesticando todas las especies para sostener el saqueo de la tierra. Encierran animales en zoológicos, reservas e industrias para negociar con sus vidas. Cazan, doman y defienden la violencia patriarcal. Crean negocios con la salud de otros seres. ¡Basta de Zoológicos! ¡Basta de perreras! ¡Basta de negocio de producción animal! ¡Somos Animalistas! ¡Basta de Especismo!

Nos discriminan, estigmatizan y criminalizan por nuestras orientaciones sexuales e identidades de género. Nos imponen sus religiones, la explotación sexual, las hospitalizaciones manicomiales. Nos intervienen los cuerpos para normalizarlos en un sexo. ¡Basta de violencia verbal y discriminación!

Nos discriminan y no reconocen todos nuestros derechos por nuestras condiciones de migrantes. Nos imponen trabajos precarios. Condenan nuestra niñez a ciudadanías de segunda y condiciones de refugio. ¡Basta de xenofobia!

Nos imponen los cercos mediáticos de los medios masivos de comunicación y cosifican con la industria de la publicidad sexista que reproduce estereotipos hipersexualizados de lo que debe ser una niña, adolescente, mujer

Hablan por nosotras y nos culpabilizan cuando somos violentadas. ¡Basta de estereotipos! ¡Basta de violencia mediática!

Nos silencian, invisibilizan y acosan sexualmente en espacios públicos, sindicales, sociales, virtuales y políticos. Nos imponen su cultura meritocrática, burguesa y misógina impidiendo el acceso a ocupar los lugares de toma de decisiones. ¡Basta de privilegios machistas! ¡Participación real!

Por todo esto y todo lo que le imponen a cada una de las mujeres, lesbianas y trans que viven en Uruguay, Latinoamérica y el mundo, este 8 de marzo de 2018 paramos durante 24 horas y nos movilizamos en todo el territorio.

RESOLUCIONES  DE LA ASAMBLEA SINDICAL del PARO INTERNACIONAL DE MUJERES – URUGUAY

Este 8 de marzo nos encuentra juntas y organizadas en este Paro Internacional de Mujeres. Porque como mujeres trabajadoras nuestras realidades nos recuerdan que somos las más explotadas y esto se agrava cuando con la clase se conjugan las múltiples opresiones y discriminaciones que sufrimos por motivo de raza, etnia, nacionalidad, identidad de género u orientación sexual.

Paramos este Día Internacional de la Mujer Trabajadora para denunciar que:

Somos trabajadoras las jefas de hogar de la mayoría de los hogares más pobres cuando ganamos salarios de hasta un 50% menos que los varones y de 30% menos en función de nuestro nivel educativo.

Paramos porque la mayoría (el 52%) de nosotras trabajamos en el sector de servicios lo que también implica tener los salarios más sumergidos, las peores condiciones y la mayor precarización laboral, incluidas las tercerizaciones. Esto incluye áreas como:

Dentro del trabajo doméstico el 99,4% del sector son mujeres, la mayoría afrodescendientes y sólo el 51,8% de las trabajadoras se encuentra aportando a la seguridad social.

Paramos y nos movilizamos también porque el desempleo es una realidad que afecta fuertemente a las mujeres de los hogares pobres. Porque somos las últimas en entrar al mercado laboral, pero las primeras en ser echadas.

Porque las mujeres afrodescendientes presentan la tasa más alta de desempleo, lo que constituye una mayor racialización y feminización de la pobreza. Porque habiendo trabajado toda su vida, las mujeres afro reciben menor jubilación en comparación con mujeres no afro.

Porque destinamos más del doble de horas semanales a las tareas domésticas y de cuidado lo que limita nuestra participación en el mercado laboral y actividades políticas.

Paramos para denunciar que estas situaciones de explotación precarizan nuestras condiciones de vida, nos marginan y empobrecen exponiéndonos aún más a situaciones de violencia, a redes de trata y atándonos aún más a nuestros agresores de quienes muchas veces dependemos económicamente.

Paramos porque las artistas no tenemos forma de acceder a la formalización y a la seguridad social. No trabajamos “por amor al arte” ni tenemos que soportar acosos sexuales porque no trabajamos sintiendo, sino creando cultura. Somos trabajadoras de la cultura no del mercado del arte. Exigimos el reconocimiento de nuestro derecho al trabajo y condiciones dignas para formalizarlo y jubilarnos.

Paramos porque las mujeres inmigrantes se hallan siendo explotadas en los trabajos peores pagos en las peores condiciones, y en muchos casos también habiendo llegado al país como víctimas de redes de trata.

Paramos porque las trans y travas son discriminadas por sus familias, y expulsadas del sistema educativo desde temprana edad, para luego ser excluidas también del mercado laboral.

Paramos porque las mujeres rurales tienen menor acceso a la tierra y a otros recursos productivos como asistencia técnica, financiamiento y políticas públicas productivas, mientras siguen trabajando en empleos de mala calidad, de bajos ingresos y con poca o ninguna protección social.

Paramos porque nuestras compañeras con discapacidades también son discriminadas y excluidas del mercado laboral.

Paramos porque este sistema, bajo la responsabilidad de las patronales, del Estado y de la indiferencia de este último, nos somete a condiciones de explotación y violencia que nos enferman dejándonos secuelas de por vida, o incluso llevándonos a la muerte.

Paramos porque estamos hartas de la medicalización de nuestros cuerpos, de las imposiciones de las mafias de los laboratorios que se enriquecen inoculándonos sustancias ponen en riesgo nuestra salud: decimos no a la vacunación del HPV,  a la mamografía obligatoria y a la violencia médica y obstétrica.

En este marco, paramos para reclamarle al Estado:

 

Más refugios, garantías judiciales, y atención psicológica para nuestras compañeras víctimas de violencia y abusos, porque Uruguay es el país con mayor tasa de feminicidios de la región y no es suficiente una ley que lo tipifique cuando la mujer ya fue asesinada, mientras nuestras compañeras son sometidas a años de violaciones por familiares varones por carecer de garantías institucionales o independencia económica.

 

Exigimos presupuesto para la ley integral contra toda violencia basada en género para que no se configure como otra política de demagogia. Nosotras paramos porque no queremos más feminicidios, y para ello es fundamental que el Estado destine el presupuesto que corresponde para el poder judicial – sistemáticamente desfinanciado durante los últimos 8 años – y capacitación para las y los trabajadores, con el fin de que existan los recursos para que se pueda actuar con celeridad sobre esta problemática en la que se nos van las vidas de nuestras compañeras.

 

También reclamamos presupuesto para los sectores con salarios más sumergidos y peores condiciones que al mismo tiempo son los más feminizados, como la salud, la educación, y la administración pública. En este marco rechazamos enérgicamente las privatizaciones y tercerizaciones dirigidos a estos sectores y empresas del Estado por implicar una mayor precarización laboral en un contexto de  claro avance neoliberal.

 

Exigimos que se actúe para que se garanticen las condiciones y derechos laborales para las compañeras que se dedican al trabajo doméstico, dado que más de la mitad se encuentra trabajando de manera informal exponiéndose a las peores condiciones de trabajo y violencia por parte de los empleadores.

 

Es también responsabilidad del Estado instalar guarderías y salas lactancia en los lugares de trabajo y estudio costeadas por los empleadores en pos de promover nuestra participación en el mercado laboral.

 

Por todo esto, también nos vemos limitadas para participar de un movimiento sindical que en muchos sentidos no contempla nuestras realidades, y es por esa razón también que necesitamos participar: le exigimos al movimiento sindical que haga suyos nuestros reclamos con independencia de clase, del gobierno y del Estado.

Por todo esto y más, este 8 de marzo, nosotras paramos.

Porque si nuestras vidas no valen, ¡produzcan sin nosotras!

Paro Internacional de Mujeres

PIM – UY / PIM – LATAM

International Women’s Strike

Salir de la versión móvil