A mediados de octubre comienza una campaña sin precedentes para el seguimiento satelital del tiburón pintarroja (también conocido como gatopardo), una de las especies más emblemáticas y desconocidas del océano Atlántico Sur. Este proyecto, impulsado por la iniciativa “Conservación de Tiburones en el Atlántico Sudoccidental”, reúne a investigadores de Uruguay, Argentina, Reino Unido y Australia para llenar vacíos críticos de información sobre las especies de tiburones en la región. Los resultados del estudio contribuirán a diseñar medidas de protección y manejo sostenible, fundamentales para preservar la biodiversidad marina del Atlántico Sudoccidental.
El biólogo marino Andrés Milessi participó en el programa La Tarde de RBC, en una charla con Agustina Flores, donde explicó de qué trata el proyecto.
“Nosotros, en Mar Azul Uruguayo, tratamos de conocer y conservar nuestro mar. Estas palabras parecen simples, pero requieren mucho trabajo”, afirmó Milessi. “Mar Azul Uruguayo promueve principalmente dos o tres pilares fundamentales: la educación oceánica, que busca crear una cultura oceánica, y la lucha contra la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada en nuestras aguas. A través de estos esfuerzos, buscamos concienciar sobre una problemática que a menudo parece lejana, pero que afecta tanto a embarcaciones extranjeras como a pesqueros uruguayos. Además, trabajamos en la creación de áreas marinas protegidas y en un proyecto llamado ‘Peligrosos o en peligro’, que busca desmitificar a los tiburones y rayas en Uruguay, que representan aproximadamente el 10% de la biodiversidad mundial. En este sentido, también estamos realizando estudios científicos, como el que realizaremos la próxima semana en Argentina con colegas de diversas instituciones”, agregó Milessi.
El proyecto se enfoca específicamente en el tiburón pintarroja, conocido en Uruguay como pintarroja, en Argentina como gatopardo y a nivel internacional como el siete branquias. “Este tiburón realiza grandes migraciones para reproducirse y llega a nuestras aguas, tanto en Uruguay como en la provincia de Buenos Aires, Argentina, para parir y criar a sus juveniles. Las aguas de nuestra región, ricas en alimento y con protección natural debido a la oscuridad de sus aguas, favorecen la crianza de estos jóvenes tiburones”, explicó el biólogo. “Es particularmente interesante estudiar qué ocurre después del parto, ya que desconocemos las rutas que toman las hembras una vez que han parido. ¿Se dirigen al sur o al norte? Con este estudio, buscaremos resolver esta incógnita.”
Durante aproximadamente una semana o diez días, los investigadores capturarán tiburones para tomar las mediciones pertinentes, siempre con una manipulación cuidadosa. Posteriormente, se les colocarán marcas satelitales que se liberarán después de un periodo estimado entre seis y ocho meses. Una vez liberadas, estas marcas enviarán información satelital que permitirá obtener datos sobre los movimientos de la especie.
Una especie vulnerable y poco conocida
Milessi explicó que, aunque antes no se disponía de suficiente información sobre el tiburón pintarroja, hoy se sabe que la especie está clasificada como vulnerable, principalmente debido a la presión de la pesca. “Estos tiburones tardan muchos años en alcanzar la madurez sexual. Por ejemplo, una hembra no estará lista para reproducirse hasta aproximadamente los 10 años, y sus crías son pocas. Además, su tasa de crecimiento es baja, lo que hace que sean muy susceptibles incluso a esfuerzos pesqueros bajos.”
Además, destacó que las hembras, en ocasiones, son capturadas con sus cachorros en el vientre, lo que genera un impacto potencial aún mayor. “Aunque existen reglamentaciones en Argentina y Brasil, en Uruguay aún no contamos con ellas. El trabajo conjunto en la región es fundamental para generar políticas de conservación y manejo que protejan a esta especie migratoria. Los tiburones no respetan límites fronterizos y, por tanto, los esfuerzos de conservación deben ser coordinados entre los tres países.”
El biólogo también mencionó que, recientemente, ya se han registrado capturas de tiburones pintarroja en la costa uruguaya, especialmente en La Paloma, Piriápolis y Punta del Este. “A menudo hay desinformación sobre lo que realmente ocurre con estas especies, y es importante crear conciencia sobre su conservación”, concluyó Milessi.