El ejemplar joven, del que se presume fue golpeado por alguna embarcación, fue enterrado por la dirección de gestión ambiental a pie de duna.
Se hizo a 15 metros de la costa y seis de profundidad. Medía unos siete metros y estaba en parada 42.
La directora de Medio Ambiente de la intendencia, Betty Molina, aseguró que no es común la llegada de esta especie, de la que aclaró, no se encuentra en extinción.