Personas marginales se ubican en distintos lugares de la Rambla y provocan molestias a comerciantes y a sus clientes.
Ayer a las puertas de un hotel céntrico, un conocido malviviente insultaba a los pasajeros, hasta que el responsable del establecimiento salió a pedirle que se retirara del lugar. La respuesta fue un golpe de puño.
El individuo fue retenido por particulares cerca de allí y se llamó a la policía, que acudió de inmediato. Fue llevado a la seccional pero el Juez, prestamente, ordenó que lo dejaran en libertad.
El comerciante se encontraba esta mañana esperando al médico forense en Maldonado.
Este tipo de casos se repite en esa zona de Piriápolis, en la que varios comerciantes se ven afectados por personas alcoholizadas y aparentemente con problemas mentales, que recorren la vereda a los gritos, piden monedas para el vino e insultan a quien se les ocurre.
La situación se suma a la presencia de los manteros, creciente ya por estos días.