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Hay 110 residenciales que no respetan los derechos humanos de sus habitantes

Situación en casas para ancianos provocada por pandemia debe movilizar a la reflexión a todo el país, subrayó el ministro Bartol

Espacios antiguos, pisos de tierra, poca preparación del personal o los dueños de algunos centros son algunas de las situaciones que los técnicos de la División de Regulación y Fiscalización de centros de larga estadía del Mides encontraron. Inclusive, relató el ministro Bartol en la conferencia, lugares en condiciones “espeluznantes”: hay 110 residenciales que no respetan los derechos humanos de sus habitantes. “Eso es todo lo que queremos mejorar, es todo lo que en Uruguay no puede seguir pasando”, subrayó.

El jerarca sostuvo que hasta ahora la experiencia muestra que, en alguna ocasión, cuando el Mides ha cerrado un centro, no se encuentra lugar para reubicar a sus residentes. Por este motivo, la estrategia para mejorar el sector empieza con el desarrollo de nuevos espacios. Mencionó la situación de los refugios para personas en situación de calle y recordó que en un mes se generaron 300 nuevas plazas y 100 adicionales de contingencia, para situaciones de riesgo.

Durante este proceso, ejemplificó, se encontró que convivían personas mayores de 65 años con otras de distintas edades, y se los ha separado utilizando hoteles y espacios cedidos por instituciones deportivas.

Finalmente, el jerarca aseguró que esta situación provocada por el COVID-19 es como un gran despertador, pero servirá para abordar un problema histórico del Uruguay que lleva larga data sin un abordaje serio y completo que apunte a resolver estas situaciones en las que no se respetan los derechos humanos de las personas mayores.

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