El 25 de agosto, se recibió una llamada al servicio de emergencias 9-1-1 que denunciaba la presencia de individuos extraños en una residencia ubicada en la calle Carlos Reyles de San Carlos. El denunciante informó que había observado a dos personas con características específicas: uno de ellos había saltado la cerca de la propiedad, abandonando un bolso, mientras que el otro lo esperaba afuera.
En respuesta a la llamada, se desplazó personal policial al lugar, acompañado por el propietario del inmueble. Durante la inspección del lugar, se constató que los intrusos habían ingresado a una barbacoa tras romper el vidrio de una ventana. Además, se notificó el robo de varios objetos, incluyendo un televisor marca SONY de 32 pulgadas, un parlante, una radio antigua de madera, un bolso y varias bebidas alcohólicas, entre otros efectos. También se recuperó el bolso abandonado, que contenía la radio antigua y las bebidas denunciadas.
Tras analizar las grabaciones de seguridad proporcionadas, se logró identificar a los responsables como Cristhian Alexander Salaberry Suárez, de 35 años, y Carlos Alberto Aristarán Alvira, de 26 años, ambos con antecedentes penales.
La Fiscalía de 1er Turno de San Carlos, al ser informada, ordenó la realización de investigaciones adicionales y la emisión de una orden de arresto para los autores. El 30 de agosto, mientras el personal policial realizaba patrullaje en las calles 18 de Julio y Leonardo Olivera, avistaron y detuvieron a Salaberry y Aristarán. La Fiscalía correspondiente dispuso que los detenidos fueran llevados a su sede para tomar declaraciones.
Es importante destacar que el 25 de agosto, los imputados fueron interceptados en la Avenida Rocha y la calle José Pedro Olivera mientras transportaban un televisor y un parlante. Después de ser trasladados a la comisaría y de informar a la Fiscalía, se decidió poner fin a su detención y continuar con la investigación.
Tras una audiencia en el Juzgado Letrado de San Carlos de 2do Turno, se dictaminó que Cristhian Alexander Salaberry Suárez y Carlos Alberto Aristarán Alvira fueran condenados como autores penalmente responsables de un delito de receptación a una pena de seis meses de prisión efectiva para cada uno de los imputados.