El líder del sector UNIR, Fernando Amado, visitó el programa LA TARDE DE RBC, donde conversó con Agustina Flores sobre la campaña electoral y el futuro de los partidos políticos en Uruguay.
“Es inevitable que estamos siendo testigos de un cambio de época en la estructuración del sistema electoral y de partidos políticos,” comentó Amado. Añadió que este proceso de cambio no comenzó en 2024, sino que ha sido el resultado de diversas estrategias implementadas por los partidos políticos.
Recordó las elecciones de 1994, cuando el sistema multipartidista estaba en pleno vigor y no se conoció el resultado hasta bien entrada la noche. En esa ocasión, un tercio del electorado votó por el Frente Amplio, otro tercio por el Partido Nacional y el último tercio por el Partido Colorado. Al final, Julio María Sanguinetti ganó la presidencia por un estrecho margen del 2%, seguido de Alberto Volonté y Tabaré Vázquez.
Amado mencionó que el temor a una posible victoria del Frente Amplio en 1999 llevó a los partidos tradicionales a promover la reforma constitucional, que introdujo la segunda vuelta y las elecciones internas. A pesar de que el balotaje es una buena práctica electoral, señaló que fue pensado como una estrategia para evitar que el Frente Amplio alcanzara el poder, ya que en ese entonces generaba incertidumbre para muchos.
El Frente Amplio finalmente llegó al gobierno en 2005, y desde entonces, según Amado, hemos vivido un “post-primer frenteamplismo” y la primera presidencia de una coalición multicolor. Amado también destacó que, a lo largo de los últimos 20 años, el panorama político ha cambiado drásticamente, erosionando las identidades tradicionales de los partidos Colorado y Nacional.
Hoy en día, el enfoque de algunos líderes, como el candidato colorado Ojeda, se basa más en impedir que el Frente Amplio gane, en lugar de presentar propuestas propias. Según Amado, esta tendencia se refleja en la Coalición Multicolor, que en futuras elecciones podría terminar consolidándose en un único partido, tal como el Frente Amplio.
Concluyó señalando que, para 2029, los partidos de derecha y centro-derecha estarán obligados a profundizar este proceso, cristalizando una coalición política más unida para evitar la pérdida de bancas en el Parlamento.