El expresidente francés Nicolas Sarkozy ha sido condenado este lunes a tres años de prisión, de los cuales uno firme, por corrupción y tráfico de influencias en el llamado caso Bismuth o caso de las escuchas. Sarkozy, según el tribunal, ofreció contrapartidas en 2014 a un fiscal a cambio de informaciones y ayuda en un causa que afectaba precisamente al expresidente francés.
La condena, que no debería implicar el ingreso de Sarkozy en la cárcel —podría cumplir la pena en su domicilio a través de un brazalete electrónico—, es la segunda condena a prisión que recibe un presidente de la República francesa en años recientes. En 2011, su antecesor y mentor, Jacques Chirac, fue sentenciado a dos años de prisión por malversación de fondos públicos y abuso de confianza, pero no los cumplió debido a su edad y estado de salud.
El conservador Sarkozy, de 65 años, que fue presidente de la República entre 2007 y 2012, ve complicado con esta condena sus intentos de influir en la política francesa e incluso de regresar a la batalla electoral. El antiguo jefe de Estado coqueteaba con la idea de ser candidato a las presidenciales de 2022 si el actual presidente, Emmanuel Macron, desistía de presentarse, o estallaba una gran crisis en el país.
Junto a Sarkozy, fueron condenados su abogado, Thierry Herzog, y el antiguo abogado general (fiscal) de la Corte de Casación, Gilbert Azibert. El tribunal consideró probado, tras el juicio celebrado a finales de 2020, que los tres participaron en un “pacto de corrupción”, desvelado gracias a las escuchas en una línea telefónica secreta que usaban Sarkozy y Herzog, y que estaba registrada bajo el nombre falso de Paul Bismuth.
Fuente: El País Madrid