Los 25 estudiantes, que reciben formación en ballet gracias a las acciones para descentralizar el trabajo que desarrolla el Sodre, retoman las clases presenciales en el marco de la Nueva Normalidad. Con motivo de la propagación del COVID-19, los docentes trabajaron junto a sus alumnos a través de la plataforma Zoom mientras aspiraban regresar a los salones.
Maldonado cuenta con su propia sede a raíz de un convenio tripartito en el que participan la IDM, el Sodre y el Cantegril Country Club. Para formar parte del alumnado, se efectúan pruebas de admisión y los que la superan son los que ingresan a la Escuela de Danzas -División Ballet-. Éste es el caso de los 25 estudiantes que debido a la pandemia han tenido que recibir su formación de manera virtual desde el inicio de año hasta agosto inclusive; actualmente, se ha logrado retomar la modalidad presencial y esto significó un cambio de aire tanto para los estudiantes como para los profesores. En ese sentido, el docente del Sodre, Daniel Galarraga, destacó que “el maestro necesita que el alumno tome conciencia de su cuerpo y a veces se precisa la presencialidad” para poder lograr ese cometido.
Igualmente, Galarraga destacó el importante entusiasmo demostrado por las familias y los propios estudiantes en todo este inusual proceso y subrayó el papel esencial que tuvo la virtualidad consiguiendo un buen trabajo, lo cual se refleja que al volver a la presencialidad no sea “como empezar de cero”.
Para dictar las clases, se ha optado por utilizar las instalaciones del Teatro Cantegril al garantizar espacios amplios que permiten mantener el distanciamiento físico necesario. Al principio, se realizaban con grupos de hasta cuatro alumnos y actualmente se ha ampliado ese número alcanzado a siete estudiantes por clase. En referencia a este punto, el docente expresó que se espera “completar los grupos” aunque subrayó que lo fundamental es que “ningún alumno se quede sin sus clases presenciales”.
La sede Maldonado, primera en la región Este del país y la más grande del Interior, proporciona formación a niños y jóvenes de nueve a 15 años de edad; además, se busca convertirla en un semillero del ballet nacional trabajando en pro de la cultura.