Empresas de transporte uruguayas dedicadas al comercio exterior denunciaron que desde la Aduana se homologó hace pocos meses una nueva empresa de precintos electrónicos que, además de generarles horas de espera, cuenta con un acuerdo con la Asociación de Despachantes de Aduana del Uruguay (ADAU), por el cual, mediante notas de crédito, el despachante se queda con un porcentaje del valor de ese precinto que paga el cliente.
Los transportistas expresan que, si bien comercialmente están en su derecho, hay dos problemas: el ético, ya que además de no favorecer al cliente (ya que debe pagar todo el costo del precinto, a pesar de que un porcentaje es de “comisión” para los despachantes), consideran que una institución que da cursos para los futuros despachantes “no debería prestarse a ese manejo”.
A su vez, otro de los problemas es el comercial, ya que según cuentan los transportistas, “gracias a ese porcentaje que reciben extra de la empresa Block Tracker, los despachantes, que son quienes eligen las empresas de precintos, les han dado el 50% de los servicios, lo que explica el favoritismo y el crecimiento de esa empresa homologada hace pocos meses. Además, esta situación perjudica a los transportistas ya que las demoras cada día son mayores y se encarece la operativa”.
Ante esta situación, las empresas uruguayas dedicadas al comercio exterior evalúan hablar con el director de Aduana para lograr que pueda ser el transporte el que defina qué empresa de precintos utiliza o el propio cliente, sin intermediarios, para que de esta forma se puedan beneficiar de la baja de costos y, por otro lado, las empresas de transporte reduzcan las demoras.
Esas demoras, aseguran, terminarán trasladándose al costo de los fletes, haciendo más caro el servicio, por un problema que actualmente, para los transportistas, es responsabilidad de ADAU y la DNA.
“En general se dice que el transporte de carga por carretera dedicado al comercio exterior es caro. Sin embargo, somos el único eslabón entre quienes producen o importan que invierte cientos de miles de dólares en cada equipo, tecnología y personal calificado y que en definitiva le agrega valor en la cadena. Mientras que a nosotros nos piden bajar los costos (cuándo nuestros insumos cada día son más caros), vemos como por ejemplo los despachantes de Aduanas que, con un escritorio y poco personal, intermediando gestores, en muchos casos su servicio es más caro y rentable que el nuestro con cero riesgo”, denuncian los transportistas.