Tras haber progresado ayer a través de la franja costera del mar de Azov, el Ministerio de Defensa ruso asegura haber tomado hoy la ciudad de Jersón, cuya provincia en su parte sur llevaba ya días bajo el control del operativo militar ruso. «Las divisiones de las Fuerzas Armadas rusas tomaron el control total de la capital regional de Jersón», anunció esta mañana el portavoz del ministerio de Defensa, Ígor Konáshenkov.
Sin embargo, el alcalde de esta localidad, Ígor Kolijáyev, afirmó que Jersón sigue todavía bajo control ucraniano. De ser ciertas las informaciones de Konáshenkov, Rusia habría dado un importante paso en su empeño de ocupar ahora el litoral del mar Negro en dirección hacia Odessa y después hacia el oeste, hasta llegar al enclave separatista moldavo de Transnistria.
Por su parte, el Ejército ucraniano informaba que «tropas aerotransportadas rusas han desembarcado en Járkov», la segunda ciudad de Ucrania. En el comunicado difundido en Telegram, los militares de Kiev sostienen que en Járkov hay combates en curso y los soldados rusos «han atacado un hospital». Todo el día ayer, Járkov estuvo sometida a bombardeos, que causaron al menos 21 muertos y 112 heridos y serios daños en edificios e infraestructuras. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, calificó lo sucedido en Járkov de «crímenes de guerra».
Tras los bombardeos de ayer, los habitantes de Kiev han tenido una noche tensa con ataques en la periferia, en un claro indicio de que el Ejército ruso trata de romper las defensas ucranianas para penetrar en la ciudad. En la capital ucraniana funciona el sistema de alerta de bombardeos, lo que ha permitido a la población ponerse a salvo en el metro, en refugios subterráneos y en los sótanos de las viviendas.
Ayer, tras un comunicado del Ministerio de Defensa ruso instando a la población de Kiev a abandonar sus domicilios, fue atacada la torre de televisión, causando al menos cinco muertos y varios heridos. La parte norte de la ciudad registra la presencia de un imponente despliegue de tropas rusas llegadas en un inmenso convoy de tanques, blindados y otros vehículos militares.
Mientras tanto, en la frontera bielorrusa se siguen concentrando fuerzas que podrían ser no sólo rusas sino también las que están a las órdenes del dictador Alexánder Lukashenko, quien ayer dio a entender que podría intervenir también en la guerra contra Ucrania. «Los sistemas de defensa aérea de Bielorrusia están a la espera para evitar que las fuerzas rusas puedan recibir una puñalada por la espalda», manifestó el presidente bielorruso sin explicar a qué tipo de ataque o puñalada se refiere.
ABC