El serbio Novak Djokovic no pudo contener las lágrimas sobre el final de su partido con Daniil Medvédev, que consagró al ruso como ganador del Abierto de EE.UU. (US Open) este domingo con parciales de 6-4, 6-4, 6-4.
Antes del cambio de pista previo al último juego, ambos jugadores tomaron un descanso y se sentaron. Con pocas posibilidades de ganar, Djokovic sucumbió ante sus emociones. Se puso una toalla en la cabeza para ocultar su angustia y desesperación por la meta incumplida y comenzó a llorar.
Djokovic is in tears at the changeover. 😥 #usopen pic.twitter.com/UcwP6PQHrS
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Ya en el segundo set el serbio había dado muestras de la frustración que sentía rompiendo su raqueta contra el piso.
Djokovic was noticeably frustrated during the second set at the #USOpen pic.twitter.com/K2vh7mC3Lp
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El estadio entero, más de 25.700 personas, coreaba el nombre de Novak en el octavo juego del partido, cuando Medvedev se encontraba ya cerca de conquistar el primer set, y también en el inicio del segundo set, cuando el serbio tenía una manga en contra.
Pero la locura se desataba por completo y el estadio vibraba cada vez que Nole contaba con un punto de break, que se le acababan escapando.
Al inicio del segundo set, en una de esas oportunidades que no consiguió aprovechar para ponerse por delante en el marcador, el serbio se dejó llevar por la rabia, como suele ser habitual cuando no le van bien las cosas, y destrozó a golpes una raqueta.
Medvedev llegaba a prácticamente todo y desarmaba con sus latigazos a Djokovic, a quien se le quedaban demasiadas bolas en la red y fallaba frecuentemente en los momentos clave.
Se notaba que el moscovita venía cargado de energía y confianza, habiendo llegado a la final tras una serie de partidos sin demasiada complicación, y después de haber ganado 14 de sus 15 últimos encuentros.
“Novak, wake up!” (¡Novak, despierta!), gritaban algunos aficionados instantes antes de que perdiera su segundo set, pero ya era tarde. Ni los constantes ánimos ensordecedores del público ni el ambiente eléctrico del Arthur Ashe le sacaron de la pesadilla, y Medvedev se apuntaba el tercer y último set sin grandes obstáculos. Con abucheos y silbidos de algunos aficionados cuando cometía sendas dobles faltas en las primeras bolas de match.
Brad Pitt y Bradley Cooper
En las gradas, observaba el espectáculo Rod Laver, el australiano de 83 años que en 1969 ganó los cuatro Grand Slam en un mismo año, y a quien la organización del Abierto de Tenis había invitado para que viera en directo a Djokovic igualar su esperado hito, sobre todo con la ausencia de sus dos eternos rivales, Nadal y Federer.
“Lo siento. Todos sabemos lo que querías conseguir hoy”, dijo Medvedev a Djokovic antes de recibir el premio de manos del extenista Stan Smith.
“Pero con todo lo que has hecho… Nunca se lo he dicho a nadie, pero para mí eres el mejor jugador de la historia”, agregó el ganador ante el serbio, visiblemente afectado.
Los actores Christine Taylor, Rami Malek y Ben Stiller
Además de la batalla deportiva, las enormes pantallas del Arthur Ashe también reflejaban en los descansos un buen número de caras conocidas del mundo del espectáculo que habían acudido al evento deportivo, como los actores Brad Pitt, Bradley Cooper, Ben Stiller, Rami Malek, Laverne Cox, Alec Baldwin, Clare Danes, Lupita Nyongo, Christine Taylor o Juliana Marguilles.
La diseñadora de moda Vera Wang y la actriz Laverne Cox
Djokovic no pudo evitar llorar de emoción durante la entrega de trofeos, pero las cámaras de televisión también captaron su llanto de frustración en el descanso previo al que sería el último juego de la final. Lágrimas de cierta rabia, porque se estaba quedando muy cerca de completar un Grand Slam en la misma temporada. Tensionado, fue superado por un rival a quien había sometido este mismo 2021 en la final del Open de Australia.
RT / Mundodeportivo