La grieta se abrió el 8 de marzo de 2022: por primera vez en la historia, el feminismo marchó en dos convocatorias separadas. Lo hizo en Madrid, donde se mide el pulso del movimiento, pero también en otra veintena de capitales y ciudades españolas. No se ha cerrado, la fragmentación se ha repetido en los dos actos anuales más importantes desde entonces: el Día Internacional contra la Violencia Sexista, el 25 de noviembre, y el 8M, Día Internacional de la Mujer.
Este será el tercer año que esto sucede, por motivos que, con mayor o menor peso según el momento, son los mismos desde el principio. De manera visible y explícita, en pancartas y consignas, la abolición de la prostitución; pero en esencia, la incorporación de la llamada agenda queer (la de grupos con identidades sexuales minoritarias) a la historia del feminismo y ley trans, a lo que se opone la parte del movimiento que sostiene que “borra a las mujeres”; y, en la base, el choque político interno que se produjo entre socialistas y Unidas Podemos con la entrada de Irene Montero en el Ministerio de Igualdad y que acabó llegando a las organizaciones, y a las calles.
Este desmembramiento, que se produjo en un momento en el que el feminismo español llevaba varios años en el centro del movimiento global, parece haberse asentado ya incluso después del encendido debate sobre la ley de derechos del colectivo LGTBIQ y su entrada en vigor. tras la salida de Montero del ministerio e incluso después de que ese ministerio volviera a manos socialistas con Ana Redondo en la cartera. Las dos organizaciones que este año se reúnen en Madrid saben que una marcha única ya no es posible.
«Ahora mismo no hay posibilidad real, somos conscientes, de hacer coincidir los mensajes de una manifestación y otra», afirma Ana de Blas, del Movimiento Feminista de Madrid, que convoca la que saldrá a las 19.00 horas de Cibeles, y subirá por la Gran Vía. y llegará a la Plaza de España con el lema con el lema La prostitución no es un trabajo. ¡Abolición ahora!
Es la parte del movimiento que se opone a un enfoque de la prostitución que no sea la abolición -como ha defendido en gran medida históricamente el feminismo-, también se opone a la autodeterminación de género que estableció la ley trans —En este conglomerado de organizaciones se incluyen algunas como Contra la Eliminación de la Mujer, que nació precisamente como una plataforma a favor y en contra de la transformación de la norma—; y se mostraron críticos con las políticas de Montero y también ahora con la postura de Redondo, que en su manifiesto para este 8M piden «que cese su campaña de confusión sobre las reivindicaciones que estarán en las calles el 8 de marzo».
Redondo, desde que asumió el cargo, asumió la ley trans como propia y ha sido clara sobre las mujeres trans —“son mujeres”— y este miércoles ha explicado en rueda de prensa de la campaña de este Día Internacional de la Mujer que “lo importante es salir a la calle” y no que hay “una, dos o 20 manifestaciones”. También ha dicho que ella, el PSOE, acudirá «como siempre ha venido haciendo el partido» a la manifestación convocada por la Comisión del 8M, que saldrá, también a las 19.00 horas, desde Atocha, para subir por Cibeles hasta Colón, la marcha, transinclusiva, con el lema Patriarcado, Genocidios, Privilegios #SeAcabó.
24noticias
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