Se trabajó en el lugar durante quince días, dos semanas completas y un lunes más, por las dificultades excepcionales y extraordinarias del lugar.
En superficie no fue tan importante como otros, pero el tipo de propagación subterránea fue una importante escuela para los bomberos participantes.
Se quemaron 80 hectáreas, de acuerdo a mediciones por GPS, y el trabajo fue de gran desgaste para quienes actuaron.