Punta del Este volvió a transformarse en escenario de lujo con la llegada de una de las celebraciones más comentadas de la temporada: la boda de los jóvenes paraguayos Ricardo Squef Vierci y Giuliana Tenace, un evento que se desarrolla durante tres días y que combina extravagancia, exclusividad y un fuerte despliegue logístico.
El momento central tuvo lugar este viernes, con la ceremonia religiosa en la parroquia Nuestra Señora de la Candelaria y la posterior recepción en la residencia La Dalmacia, en la Parada 21 de la Playa Brava. Desde autos de alta gama hasta vuelos privados y proveedores internacionales, cada detalle fue pensado para convertir esta boda en un acontecimiento inolvidable.
Las festividades comenzaron el miércoles con una white party en el Parador La Susana, en José Ignacio, y concluirán este sábado con una cena de despedida en Unido Restaurante, en Manantiales. Los novios —que llevan más de cinco años de relación— enviaron a los invitados un libro de estilo con recomendaciones de vestimenta para cada instancia.
Ricardo Squef Vierci es nieto del reconocido empresario paraguayo Antonio J. Vierci, figura central del Grupo Vierci, mientras que Giuliana Tenace proviene de una tradicional familia de abogados con fuerte presencia en los ámbitos profesionales y sociales de Asunción.
El operativo de seguridad llamó especialmente la atención: más de 40 custodios, vehículos blindados, inhibidores de drones, controles de acceso y un estricto sistema de transporte para recibir a los invitados que viajaron en al menos 15 vuelos privados. Según confirmó *Forbes Uruguay*, cada asistente cubrió sus gastos de traslado y alojamiento.
La producción del evento incluyó la llegada desde Asunción de un equipo gastronómico especialmente contratado y la presencia de 50 damas de honor dedicadas a asistir a los invitados durante las celebraciones.
Uno de los elementos más comentados es el auto elegido para la llegada de la novia: un Porsche 911 de 1984 traído desde Paraguay en un tráiler y pulido especialmente para la ocasión. El vehículo será parte del ingreso de Giuliana a la parroquia, ubicada frente al histórico faro de Punta del Este.
Horas antes de la ceremonia, el movimiento en los alrededores del templo era constante. Se ajustaron los arreglos florales, se amplió el pasillo central para facilitar el ingreso de la novia y se retocó la iluminación, mientras en el exterior turistas, vecinos y medios de comunicación buscaban el mejor lugar para presenciar el arribo de los contrayentes. La Intendencia de Maldonado mantuvo el tránsito vehicular cortado desde temprano, aunque permitió la circulación peatonal.
La fiesta posterior tiene como sede la mansión La Dalmacia, donde se montó una carpa especialmente diseñada como salón principal. El armado incluyó escenario, pantallas y un sistema técnico que requirió más de un mes de instalación. El área permanece fuertemente restringida y no se permite el acceso a menos de dos cuadras.
El broche artístico de la noche estuvo a cargo del colombiano Carlos Vives, contratado especialmente para la boda por un caché que, según trascendidos, supera el millón de dólares. El músico arribó con su equipo completo, replicando la logística de una gira internacional.