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Acuerdo entre Israel y Hamás: “La entrega de rehenes será la verdadera prueba del alto el fuego”

Israel y Hamás acordaron la primera fase del plan impulsado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que contempla un alto el fuego y un intercambio de prisioneros en la Franja de Gaza.

Para analizar el alcance de este acuerdo, Ricardo Barboza, capitán de navío retirado, licenciado en Relaciones Internacionales y docente universitario, dialogó con Agustina Flores en el programa La Tarde de RBC.

Barboza consideró que este entendimiento “demuestra que la política ha actuado como una continuación de la guerra por otros medios”, citando a Clausewitz. Explicó que la presión internacional, especialmente de Estados Unidos, fue clave para lograr un acuerdo que pocos creían posible.

“El problema es trasladar lo acordado en el papel a la realidad del terreno —advirtió—, especialmente del lado de Hamás, donde aún operan grupos desconectados entre sí”. Señaló que en Gaza existen 23 organizaciones armadas, de las cuales tres tienen peso principal, entre ellas Hamás y la Yihad Islámica.

Barbosa también destacó que, pese al alto el fuego, se han registrado enfrentamientos menores y que la entrega de rehenes será la verdadera prueba del cumplimiento del acuerdo:

“No todos los rehenes están en manos de Hamás, sino distribuidos entre otros grupos. Hay que ver cómo se desarrolla ese proceso, porque es un tema extremadamente sensible para la población israelí”.

Sobre la presión internacional, el analista explicó que ésta proviene sobre todo de los países árabes vinculados a los Acuerdos de Abraham y de Arabia Saudita, actor clave del mundo suní. Mencionó que Egipto, Jordania, Turquía y Qatar también cumplen un rol central en las negociaciones.

En cuanto al futuro, Barboza afirmó que el plan incluye 20 puntos, entre ellos la no anexión de Gaza, la creación de un plan económico de reconstrucción —similar al Plan Marshall— y la participación de Tony Blair y Donald Trump en la dirección del proceso. El objetivo sería invertir 53 mil millones de dólares en cinco años para la recuperación total de la Franja.

“Hamás debería disolverse y dar paso a nuevas formaciones políticas”, opinó, señalando que el grupo no podría seguir existiendo con su actual nombre tras el ataque del 7 de octubre de 2023.

Finalmente, Barbosa sostuvo que, aunque el número de víctimas civiles ha sido muy alto, no puede hablarse de genocidio en sentido jurídico:

“La definición de genocidio implica la intención manifiesta de exterminar a un grupo. En Gaza, la población se ha multiplicado desde la retirada israelí, por lo tanto, según esa definición, no lo es. El término se usa políticamente, de un lado y del otro”.

 

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